cuerpo espiritual y regresará a Dios, en su hogar original. Así es como se produce la transmigración del alma.
Por lo tanto, en lugar de buscar unir a los hombres por medio de pactos que se basan en la complacencia de los sentidos y que nunca pueden tener éxito, es mucho mejor enseñarles cómo volverse conscientes de Krishna y regresar a Dios, en su hogar original. Esto es cierto ahora como siempre.
Lo que hemos hecho se nos hará.
Dios concede nuestros deseos y sanciona nuestros actos.
Cuando un cazador o un sacerdote del matadero haga sufrir a los animales, tendrá que dar cuenta de ello.
Al herir a un animal oa un ser humano, al dejarlos medio muertos, el cazador, el sacrificador de matadero o el asesino, los hace sufrir. Cuando conscientemente los hacen sufrir innecesariamente matándolos solo a medias, son culpables de un pecado muy grave. Entonces ellos también tendrán que sufrir de la misma manera en represalia. (Tal es la ley del karma, ley de acción-reacción o ley de causa y efecto)
Hacer sufrir innecesariamente a otro ser vivo, humano o animal, ciertamente vale la pena ser castigado por las leyes divinas, las leyes de la naturaleza, al tener que soportar un sufrimiento equivalente. El cazador ignorante puede pretender ignorar las leyes divinas, pero aun así tendrá que sufrir las consecuencias de sus pecados. Entonces, ¿qué podemos decir del hombre de hoy, que regularmente mata muchos animales en los mataderos para mantener su llamada civilización y deleitar sus papilas gustativas? No puede estimar los sufrimientos que le esperan.
El ser humano hoy se considera muy avanzado en el campo de la educación, pero desconoce las leyes rigurosas de la naturaleza, derivadas de las leyes divinas que prevalecen sobre las de los hombres y eso, en todo el cosmos material. Las leyes de la naturaleza quieren que quien quita la vida a un ser vivo, sufra lo mismo, también le será quitada la vida. Es difícil imaginar el sufrimiento que les espera a los productores, propietarios y trabajadores de los mataderos, no solo en esta vida, sino con seguridad en la próxima.
Ni vivir ni morir es deseable para un cazador o un asesino. Si vive, sus actos pecaminosos continúan acumulándose y preparándole una próxima vida aún más llena de sufrimiento. Si muere, inmediatamente comienza a sufrir su castigo. Por eso se le recomienda no vivir, ni morir.
Es deber del siervo de Dios hacer que nadie sufra a causa de sus actos pecaminosos. Krishna, Dios, La Persona Suprema llama a los que viven en la ignorancia del verdadero conocimiento espiritual, de Dios, y de los datos relativos a la verdad, engañadores de una mente entenebrecida, expresión que indica que, aunque superficialmente instruidos, su conocimiento es arrancado de ellos por la energía de