Se dice que es inmanifestado e imperecedero, este reino supremo, la meta última, para aquellos que lo alcanzan, no hay retorno. Este mundo es Mi morada Absoluta.

Sólo a través de la devoción pura se puede alcanzar a Dios, el Señor Supremo, más grande que todo. Aunque Él nunca abandona Su reino, lo penetra todo, y todo en Él descansa.

Permíteme ahora describirte los momentos en que uno deja este mundo y no regresa, los momentos en que uno se va y regresa.

El que conoce al Ser Espiritual Supremo, deja este mundo en un momento propicio, a la luz del día y bajo el signo del ser celeste de fuego, durante los quince días en que la luna crece y los seis meses en que el sol pasa al norte.

Si va de noche, en el humo, durante el menguante de la luna o en los seis meses en que el sol pasa al sur, que alcance la estrella lunar, y el espiritualista aún tendrá que regresar a este mundo.

Hay, según los Vedas (las sagradas escrituras originales), dos maneras de dejar este mundo: en la oscuridad o en la luz. Uno es el camino del retorno, y el otro es el camino sin retorno. Los devotos que conocen estos dos caminos nunca se extravían. Sé, pues, oh siempre firme en la devoción.

El estudio de los Vedas (las sagradas escrituras originales), los sacrificios, las austeridades, los actos caritativos, la investigación filosófica y la acción interesada. Quien elige el camino del servicio devocional no se ve privado en modo alguno de sus frutos, y al final obtiene el reino absoluto.

La sabiduría más secreta

El Señor Supremo dice:

Debido a que nunca Me envidias, te revelaré la sabiduría más secreta, mediante la cual te liberarás de los sufrimientos de la existencia material.

Este conocimiento es el rey entre todas las ciencias. Es el secreto de los secretos, el conocimiento más puro, y porque nos hace realizar directamente nuestra verdadera identidad, representa la perfección de la vida espiritual. Es imperecedero y de gozosa aplicación.

Los hombres en el camino del servicio devocional que carecen de fe no pueden alcanzarme. Vuelven a nacer y morir en este mundo.

Este universo está enteramente impregnado por Mí, en Mi forma no manifestada. Todos los seres están en Mí, pero Yo no estoy en ellos.