Aprendamos a Conocer al Padre Eterno
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El Señor gobierna la naturaleza material, y todas las almas condicionadas están atadas a los rigores de las leyes de la naturaleza material. Si no se comprenden estas verdades fundamentales, no hay paz en este mundo, ni a nivel individual ni colectivo. La paz perfecta sólo puede alcanzarse mediante el pleno desarrollo de la conciencia de Dios. Y la conciencia de Dios significa primero darse cuenta de que Krishna, el Señor, es el Maestro Absoluto, y que todos los seres separados, incluyendo los poderosos seres celestiales, están subordinados a Él.

El ser consciente de Dios actúa con pleno conocimiento de la relación con el Señor, y la perfección de este conocimiento consiste en conocer perfectamente a Dios, el Señor Krisna, la Persona Suprema. El alma pura, como parte integral y fragmentaria de Dios, sigue siendo su eterna servidora. Pero en cuanto desea dominar a maya, la naturaleza material ilusoria, se ve atrapado por ella y es presa de muchos sufrimientos.

Mientras el alma permanezca en contacto con la materia, debe actuar según sus necesidades materiales. Sin embargo, incluso en medio de la materia, podemos despertar nuestra conciencia espiritual y recuperar una existencia pura; todo lo que tenemos que hacer es practicar la conciencia de Dios. Cuanto más se avanza en este camino, más se libera uno de las garras de la materia. El Señor es imparcial; todo depende de los esfuerzos de uno para controlar los sentidos y superar la influencia de la lujuria y la ira en el cumplimiento de sus deberes. Dominando las propias pasiones, uno puede desarrollar la conciencia de Dios y alcanzar el nivel espiritual.

La perfección suprema puede alcanzarse mediante la práctica del amor y el servicio devocional, que es lo único que nos acerca a Dios y puede dar paz al hombre. El amor y el servicio devocional a Dios es el pináculo de la perfección.

El Señor Supremo, Krishna, dice:

«Es sólo a través del servicio devocional, y sólo a través del servicio devocional, que uno puede conocerme como soy. Y el ser que, a través de tal devoción, llega a ser plenamente consciente de Mi Persona, puede entonces entrar en Mi reino absoluto».

«Yo soy la semilla, es decir, el principio fundamental, de este mundo de entidades móviles y no móviles. Yo soy la sustancia de la materia, la causa material y la causa espiritual eficiente».

«El universo entero, por una sola chispa de Mi Persona, lo impregno y lo sostengo».

Krishna desciende a este mundo para llamar de vuelta a Sí mismo a las almas caídas, las almas encarnadas y condicionadas por la materia, y para llevarlas de vuelta a su morada eterna donde volverán a vivir eternamente con Él. Para salvar a estas almas, Krishna a veces viene Él mismo, en Su forma original o en varias otras formas. A veces envía a sus servidores íntimos, a sus hijos, a sus compañeros o a sus representantes.

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