En realidad, es el interés del alma de cada uno de nosotros lo que debe buscarse, y no el del cuerpo en el que estamos encarnados.
Pero la gente de la era actual, lamentablemente inmersa en el materialismo, ignora por completo los datos espirituales superiores, que dispensan un conocimiento sublime y eterno que conduce a Dios, al mundo verdadero y a la vida verdadera. No saben que están ciegos, como dijo Jesús. No saben que actúan bajo la influencia de Maya, la energía ilusoria. Si no se resisten a ella, serán dominados por ella y obligados a morir y renacer eternamente.
La verdadera función del ser humano no es buscar el disfrute indiscriminado, continuo y desenfrenado de sus sentidos, como un animal, sino practicar la austeridad, la penitencia, el arrepentimiento y los principios regulativos (no tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, no comer carne, pescado ni huevos, no consumir drogas, cigarrillos, café ni té, y no jugar) para alcanzar la verdadera felicidad y la dicha espiritual eterna, que trasciende la efímera felicidad material.
La manera más segura de controlar los sentidos es negarse, mediante la inteligencia recibida del Señor Supremo, a servir a la lujuria insaciable y entregarse sinceramente al servicio amoroso y devoto que ofrecemos a Krishna, el Señor Supremo. Servir a Krishna con amor y devoción es la perfección de la existencia.
El Señor Krishna dijo: Entrégate a Mí y te daré la inteligencia con la que podrás llegar a Mí.
La energía constituida por los tres gunas (los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material: virtud, pasión e ignorancia), esta energía divina Mía, no se puede trascender fácilmente. Pero quien se entrega a Mí fácilmente cruza sus límites.
Dios ama a todos los seres sin excepción y no permite que nadie derrame sangre. ¿Acaso no ha ordenado: «No matarás»?
Este mandato está dirigido a los humanos, a quienes les pide que no maten a ningún ser vivo, ya sea humano, animal o planta. En cuanto a los justos, el Señor Supremo, Krishna, en su forma de Espíritu Santo, los protege personalmente.
Por otro lado, los justos que sufren las malas acciones de los malvados, saben que su sufrimiento se debe a su karma.
El Señor Krishna viene a intervalos regulares a un planeta en una galaxia determinada, tal como vino a la Tierra hace 5000 años, por tres razones principales: para liberar y proteger a sus devotos, para aniquilar a los malvados demoníacos y para restaurar la espiritualidad.
El Señor Krishna dice: Aparezco de generación en generación para liberar a mis devotos, para aniquilar a los malvados y para restaurar los principios de la espiritualidad.


