Preguntas y respuestas espirituales perfectas
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El Señor Supremo, Krishna, está presente en la forma del Alma Suprema en cada cuerpo material, desde los seres celestiales hasta los humanos, animales y plantas, y los activa a todos. De lo contrario, el alma espiritual en cada uno de nosotros no podría usar el cuerpo en el que reside.

Cada alma encarnada recibe un cuerpo en el que puede vivir y actuar según las directrices de la Suprema Personalidad de Dios, quien también reside en cada cuerpo. No debemos pensarnos como independientes de Dios, sino más bien comprender que se nos ha concedido una cierta porción de la propiedad total del Señor Supremo, junto con una pequeña medida de libre albedrío. Debemos saber que el cuerpo material no es propiedad del alma que reside en él, sino de Dios, quien lo creó, y que ha sido otorgado al alma encarnada según su karma. Debemos saber que los cuerpos materiales se crean con la ayuda de ingredientes materiales derivados de la energía externa de Dios, mejor conocida como energía material. Es a través de estos diversos cuerpos materiales que Dios permite que el alma encarnada experimente placeres y dolores según sus deseos.

Por eso, cada uno de nosotros debe aceptar solo lo que el Señor le ha asignado y no debe desear en modo alguno usurpar la parte de otro. Todo pertenece a la Suprema Personalidad de Dios, y nunca se debe usurpar la propiedad temporal asignada a otros.

Para fabricar diversos objetos, el hombre a menudo utiliza los ingredientes básicos que le proporciona la naturaleza material, la cual no puede crear. En realidad, el mundo entero no es más que una combinación de los cinco elementos materiales: tierra, agua, fuego, aire y éter. El hombre puede fabricar diversos objetos, pero no sus ingredientes básicos, que provienen de la energía material de Dios. Por supuesto, el hombre, como fabricante, puede ser recompensado por la Suprema Personalidad de Dios; sin embargo, ni el constructor de un rascacielos, una máquina voladora o rodante, ni de diversos objetos, ni el trabajador ni otras personas interesadas pueden reclamar la propiedad. Ciertamente, los edificios y diversas máquinas pertenecen a quien financió su construcción, pero es Dios quien creó el agua, la tierra, el fuego, el aire y el éter, los cuales el hombre puede usar y recibir una compensación por ellos. Sin embargo, Él no puede reclamar la propiedad de nada.

Una persona honesta no utiliza nada para su propio beneficio ni monopoliza las posesiones temporales de nadie, sino que ofrece todo lo que hace y emprende, todos los frutos de sus acciones, al Señor Krishna; tal es la perfección de la existencia. No debemos esforzarnos por adquirir más de lo que necesitamos.

Podemos reclamar la propiedad de los bienes necesarios para las necesidades corporales, pero quien quiera poseer más debe ser considerado un ladrón y merece ser castigado por las leyes de la naturaleza.

Cualquiera que usurpe la parte de otro es un ladrón. Nunca debemos aceptar más de lo que realmente necesitamos.

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