La ciencia de Dios, o ciencia de la salvación
Página 31 de 155

El que maltrata y/o viola a una persona también será maltratado en su vida futura en las mismas circunstancias y se reencarnará en un cuerpo del mismo sexo que el de su víctima. Conocerá así el sufrimiento que se deriva de ello.

Los racistas nacionalistas, expansionistas y materialistas se reencarnarán en la comunidad que odiaban, y sufrirán a su vez todo el dolor que expresaron y propagaron en sus vidas pasadas.

A los ateos, que rechazan a Dios y no quieren oír hablar de Él, se les concederá su deseo. Como quieren experimentar una existencia en la que Dios no exista o esté ausente, se les cumplirá. Se reencarnarán en un cuerpo animal, porque el cuerpo animal está cerrado al conocimiento y sólo es accesible a los placeres de los sentidos, y a cuatro únicas actividades: comer, dormir, aparearse y defenderse. Sólo después de muchísimas reencarnaciones en el reino animal se les ofrecerá de nuevo un cuerpo humano, con la esperanza de que esta vez no se alejen de Dios. La finalidad de la existencia es conocer a Dios.

Aquellos que cometen un aborto, la mujer matando a su hijo por medio del aborto, y el hombre ordenándolo, por las leyes divinas que son estrictas, tendrán que convertirse en el hijo del que mataron, para ser matados a su vez y conocer los inconvenientes y sufrimientos que resultan de ello.

Cuando se reencarnen, serán asesinados por medio del aborto. Entonces entrarán de nuevo en el vientre de una madre, y serán asesinados una vez más, pues tantos niños como hayan matado, tantas veces serán asesinados a su vez. Nunca verán la luz, porque estarán en el vientre de otra madre, y de otra, y de otra, y cada vez serán asesinados.

El alma sufre cada vez, así que nunca vuelvas a abortar.

[Para saber mucho más sobre este tema, abre el libro «Palabras de Sabiduría, la Sabiduría de Dios», y haz clic en el logos 435, cuyo título es «Por qué no debes abortar»].

La eutanasia no alivia el sufrimiento del ser espiritual encarnado, pues en realidad hace que las dificultades y sufrimientos físicos, mentales y psíquicos del alma encarnada se desplacen a su vida futura, y tendrá que volver a sufrir en su existencia futura. De hecho, renacerá en las mismas condiciones que conocía en el momento de su muerte, y los impedimentos físicos que eran suyos se encontrarán en su nuevo cuerpo. Desde el momento de su nacimiento las sufrirá una y otra vez.

Tenemos un ejemplo de esto en muchas familias, donde el bebé nace minusválido, con malformaciones físicas y mentales, u otras, consecuencias de sus actos culpables cometidos en su vida pasada, y no borrados. Ocurre con frecuencia que nace con una enfermedad incurable, generalmente la que tenía en el momento de su muerte en su última vida, o que no vive mucho y muere joven, porque su segunda vida es en realidad la continuación de su última existencia interrumpida por un acto abominable, la eutanasia, el suicidio asistido o la ayuda médica para morir.

Facebook

VISITANTES

4784560

Visitantes en línea

4784560





Visitantes por país