La ciencia de Dios, o ciencia de la salvación
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La desaprobación del Señor Supremo hacia el suicidio parece obvia, por lo que la persona que se suicida corre un gran riesgo. Al suicida se le presentan dos situaciones: por una parte, la de encontrar un cuerpo y comprobar así que su próxima vida se prolongará y el sufrimiento se mantendrá, y por otra, la de verse privado de un cuerpo de materia densa durante cierto tiempo y tener que vagar, desamparado, en un cuerpo fantasmal o etéreo.

La situación del fantasma es particularmente miserable y dolorosa, pues aunque siente muchos deseos, el alma desencarnada ya no puede satisfacerlos por medio de un cuerpo carnal. Por eso los fantasmas gimen y gimen. En realidad, los gemidos del fantasma son quejas, gritos de auxilio. Tenemos aquí la expresión del sufrimiento que puede sentir un alma privada de envoltura carnal.

El riesgo de convertirse en fantasma no sólo se limita a la víctima del suicidio, sino a cualquier muerte violenta y repentina, como un asesinato, pero también a las que se producen como consecuencia de un incendio, ahogamiento, accidente, derrumbe de un edificio, etc. Así pues, el peligro de hundirse en una condición infernal tras la muerte es muy real, por lo que debemos luchar contra el suicidio y el vagabundeo espiritual.

Para detener todo este proceso, basta con entregarse a Krishna, Dios, la Persona Suprema, cumplir Su divina voluntad y servirle con amor y devoción. Quienes así lo hacen viven en paz, bajo la protección del Señor, y experimentan una felicidad inefable.

La causa de todas las enfermedades es espiritual. Esta causa es el olvido de nuestra relación amorosa con Krishna, Dios, la Persona Suprema. El alma que pierde el contacto con Dios, olvida su propia identidad espiritual, y se involucra en innumerables actividades materiales que la enredan en una red de karma, acciones reaccionarias. Este karma causa sufrimiento, y en lugar de dirigirse a Dios para aliviar su dolor, el alma busca soluciones materiales, que desafortunadamente conducen a más reacciones kármicas, y por tanto a más sufrimiento.

Sólo el servicio de amor y devoción ofrecido a Dios puede poner fin al sufrimiento, al karma, purificar al ser encarnado y permitirle acercarse a la Persona Suprema.

El Señor Krishna dice a este efecto: «Sólo a través del servicio devocional puede uno conocerme tal como soy. Y el ser que a través de tal devoción llega a ser plenamente consciente de Mi Persona, puede entonces entrar en Mi reino absoluto.»

El Señor Krishna añade: «Son los deseos, pensamientos y recuerdos los que, en el momento de la muerte, determinan cuál será tu condición futura.»

Como alma espiritual, que cada uno de nosotros es en realidad, seguimos siendo inmortales en virtud de nuestra naturaleza intrínseca, pero cambiamos de cuerpo. Este proceso es creativo en el sentido de que creamos nuestro propio cuerpo, o nuestro próximo cuerpo, según deseemos. Si creamos en nosotros la mentalidad de un perro, a través de nuestra mente, obtendremos un cuerpo de perro en nuestra próxima vida.

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