Dios creó al hombre a su imagen, lo creó a imagen de Dios, creó al hombre y a la mujer. (Génesis 1:27)
Dios no necesita nada, porque por todos sus propios poderes internos, se basta a sí mismo. Pero deseoso de aumentar su felicidad personal, quiso rodearse de seres que le aportarían esta alegría. Por eso dio a los rayos que componen la radiancia de su cuerpo, una existencia distinta de Él. A partir de ese momento, aun estando vinculados a Dios y distintos de Él, estos rayos espirituales por el hecho de que componen el cuerpo radiante de Dios, son de hecho también no nacidos, sin principio y eternos. Estos rayos o chispas espirituales también se llaman almas espirituales, entidades espirituales, seres espirituales. Cada uno de nosotros es una chispa espiritual, que compone el cuerpo radiante de Dios.
Todos somos fragmentos diminutos, partes diminutas, partes integrales de la Persona Suprema, Kṛiṣhṇa.
Como mencioné anteriormente, el cuerpo de Dios, aunque consta de dos partes que no hacen más que una, es diferente del hombre, porque este último es en realidad una trilogía. Está compuesto por un cuerpo de materia densa, un cuerpo etéreo en el que está encerrado el alma, y el alma espiritual misma, que es la verdadera identidad del ser espiritual encarnado. Cada uno de nosotros es un alma espiritual, y no el cuerpo material perecedero.
Dios, en su forma personal, primordial, original, infinita y absoluta, ve su resplandor envolverlo totalmente, lo que hizo decir a algunos «guías espirituales» que el Señor Supremo era un Ser espiritual impersonal, es decir, sin forma. Por eso esta idea se ha extendido por el mundo, impidiendo a los hombres acceder al verdadero conocimiento de Dios, tal como Él es realmente.
La verdadera trinidad.
Dios, la Persona Suprema, en su forma primordial, es la fuente de las otras dos formas de Él. En su segundo aspecto, Él es llamado el Ser Espiritual Impersonal, formado por su radiancia y fuente de felicidad. Este es el único aspecto de Dios conocido por los creyentes en la tierra. Y en su tercer aspecto, Él es conocido como el Alma Espiritual Suprema que Jesús llamó el Espíritu Santo, que reside en el corazón de todos los seres vivos, seres celestiales, seres humanos, animales y plantas. Por eso Jesús había dicho que los cuerpos de materia en los que están encarnadas las almas espirituales, son templos del Señor Supremo.
Dios, el Eterno Supremo tiene un número infinito de Nombres entre los cuales: El Shaddai, El Elohé, Adonai, Yahvé, Jehová, Awoon que significa «Padre Eterno» en Arameo, ala, Krishna, etc., pero Krishna es el primero y el más poderoso de todos, porque el Señor le ha dado poder.