Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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Logos 5

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Desde el momento de su nacimiento, el hombre se vuelve deudor de una multitud de seres. Por ejemplo, está en deuda con los grandes sabios por los beneficios que obtiene de la lectura de sus probadas obras de espiritualidad.

Por lo tanto, debemos todas las escrituras védicas, las sagradas escrituras originales también llamadas «El Verdadero Evangelio», al Avatar Vyasadeva. También hay varios otros sabios, incluyendo a Sankaracarya, Gautama Muni y Narada Muni, que nos dan el beneficio de su conocimiento, y a quienes por lo tanto también estamos en deuda. Del mismo modo, estamos en deuda con nuestros antepasados, ya que al nacer en una familia heredamos su tradición y su patrimonio, por lo que debemos ofrecerles algún tipo de alimento consagrado tras su partida de este mundo. Seguimos estando en deuda con todos los que nos sirven de una u otra manera, ya sean nuestros padres, familiares, amigos o incluso animales como la vaca y el perro. Y es nuestro deber pagar todas estas deudas a los seres celestiales, a los sabios, a los ancestros, a los animales y a la sociedad en su conjunto, sirviendo a cada uno adecuadamente. Ahora, con sólo dedicarse al servicio devocional y entregarse a Dios, la Persona Suprema, dejando todas las demás formas de ocupación, se saldan todas las deudas y se descargan todas las obligaciones con cualquier otra fuente de beneficio que no sea el Señor mismo.

El Señor enseña: «Deja todas las demás formas de ocupación y entrégate a Mí. Todas las consecuencias de tus faltas, te liberaré de ellas. No tengas miedo.»

Esta es la promesa hecha por Dios. Krishna, Dios, la Persona Suprema, tiene un interés especial en Su devoto, y Él mismo proclama que nada puede hacerle caer, pues le protege en todo momento.

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