El cumplimiento ideal del sacrificio, la austeridad y los actos de caridad.

OM tat sat, desde los orígenes de la creación, estas tres sílabas han sido utilizadas para designar la Verdad Suprema y Absoluta [Dios, la Persona Suprema]. Para la satisfacción del Supremo, los sabios sacerdotes eruditos los han pronunciado mientras cantan himnos védicos y realizan sacrificios.

Así, los espiritualistas siempre comienzan sus sacrificios, austeridades y actos de caridad pronunciando el om, para alcanzar el Absoluto.

Los sacrificios, las austeridades y los actos de caridad deben realizarse pronunciando la palabra tat, si se quiere conocer el objetivo de estas prácticas espirituales, que es liberarse de las cadenas de la materia.

La Verdad Absoluta es la meta de las prácticas devocionales, y se designa con la palabra sat. Estas prácticas, sacrificios, austeridades y actos de caridad, en armonía con el Absoluto, la Persona Suprema, son para complacerle.

Pero los sacrificios, las austeridades y los actos de caridad realizados sin fe en el Supremo son efímeros, independientemente de los rituales que los acompañen. Se les llama asat [ilusorio, perecedero, efímero], y son vanos, tanto en esta vida como en la siguiente.

El Señor nos revela los conocimientos más secretos.

La renuncia perfecta que conduce a la verdadera libertad. La perfección del acto.

Los sabios afirman que la renuncia es el desprendimiento de las cosas de este mundo material, el desinterés por los placeres materiales, el rechazo de los objetos que despiertan el placer de los sentidos y el rechazo natural del materialismo. Este es el orden de vida del ermitaño que camina con Dios.

El Señor dice: La verdadera renuncia la practica quien renuncia a los frutos del acto. El hombre puede saborear los frutos de la renuncia mediante el simple autocontrol, el desapego de las cosas mundanas y el desinterés por los placeres materiales. Aquí reside la más alta perfección de la renuncia.