Maya, la energía ilusoria del Señor, condiciona a los seres humanos que quieren emanciparse de Dios, sin saber que al hacerlo se alejan del Señor y se precipitan a la perdición, a la oscuridad de la ignorancia y al sufrimiento sin fin.
Todos los que están bajo la influencia de maya, la energía ilusoria del Señor, que es similar a Satanás, permanece en la ilusión. Este último ejerce su influencia de dos maneras, por efecto de «proyección» o por efecto de «velo».
Por efecto de «proyección», sumerge a los seres vivos en la oscuridad de la ignorancia de los datos relativos a Dios y a la verdad existencial, y por efecto de «velo», cubre la visión de los seres humanos con escasos conocimientos relativos a la existencia de la Persona Suprema. Maya, la energía ilusoria, también manifiesta su influencia sobre los hombres de menor inteligencia, haciéndoles creer que son idénticos a Dios, o incluso a Dios mismo.
Cada uno de nosotros es un alma espiritual distinta de Krishna, Dios, la Persona Suprema, un pequeño fragmento y parte integral de Su Persona Divina, por lo que debemos entender que siendo una parte del Todo, Dios, el fragmento nunca puede pretender convertirse en el Supremo. Más bien, esto es una indicación de que el alma condicionada por la materia y la energía ilusoria cae víctima de la última trampa de la energía ilusoria, que le hace creer que es Dios.
Hacer que el ser condicionado que cada uno de nosotros es en este mundo gobernado por la materia, pretenda ser uno con la conciencia cósmica del Señor, tal es la última estratagema utilizada por la energía ilusoria para hacerlo caer.
Por lo tanto, concebir el yo como separado del Ser Supremo, el Señor Supremo, Krishna, es también una ilusión, y cuando el ser separado llega a pretender que es el Señor mismo, entonces esta es la última ilusión, la última trampa tendida por maya, la energía ilusoria o energía externa de Dios.
El Señor dice que los insensatos, los seres demoníacos que se niegan a admitir su existencia, se hunden cada vez más en las tinieblas de la ignorancia y así se reencarnan, vida tras vida, sin conocer su Persona.
El Señor dice: Aquello que parece tener algún valor, pero que no tiene conexión conmigo, sabed que no es real. Es sólo mi energía ilusoria, un reflejo en la oscuridad.
Saber que los elementos que componen el universo, entran en el cosmos sin entrar en él. Asimismo, existo en todo lo creado y, simultáneamente, estoy fuera de todas las cosas.