Logos 466
¿Cómo actúa la energía ilusoria del Señor, también llamada energía de la ilusión o maya, y por qué?
Todo se revela a los que despiertan al verdadero conocimiento espiritual y absoluto.
No cometamos el error de rechazar a Dios, de negar su existencia, de rechazar su autoridad, de envidiarle o de considerarnos iguales o idénticos a Él, pues de lo contrario tendremos que sufrir la influencia y la ira de la energía ilusoria del Señor.
En verdad, rechazar a Dios o negar su existencia lleva a olvidar su Persona Divina, lo que traerá inmediatamente el peor de los castigos posibles, pues significa estar sumido en la ignorancia de los datos relativos a Dios y a la verdad existencial, en la oscuridad, la ceguera, la angustia, el miedo, la desesperación, la perdición, el sufrimiento y la muerte, sin esperanza de ver a Dios.
El Señor dice a este efecto: Los envidiosos y los malvados, los últimos de los hombres, me sumerjo en el océano de la existencia material en diversas formas de vida demoníaca. Estos, al renacer vida tras vida en la especie demoníaca nunca podrán acercarse a Mí. Poco a poco se hunden en la condición más abominable.
Los que cometen el error de blasfemar al Señor, ya sea de pensamiento, de palabra o de obra, tendrán que renacer en una familia de incrédulos, de malhechores demoníacos, de ateos, donde es probable que olviden el servicio del Señor. Por otra parte, quien lo haga irá al infierno, al igual que sus antepasados.
Los sinvergüenzas, los incrédulos malvados blasfeman del Señor porque se presenta bajo la apariencia de un hombre corriente, no saben nada de su infinita grandeza.
Todos los que rechazan a Dios están influenciados por la energía ilusoria del Señor.
La energía ilusoria de Krishna también se llama la energía de la ilusión o maya. Maya significa «lo que no es, la ilusión».
Bajo su influencia, el alma espiritual, distinta de Dios, se cree dueña de la creación, poseedora y beneficiaria suprema. Al identificarse con la energía material, es decir, con su cuerpo (a través del cual busca el placer de los sentidos), la mente y la inteligencia material, olvida la relación eterna con Dios. El alma condicionada por maya busca los placeres de este mundo y así se encadena cada vez más al ciclo de muerte y renacimiento, o reencarnaciones repetitivas.
El alma que se aleja de Dios y no quiere obedecerle, sufre el velo de maya que la condiciona y enmascara poco a poco la realidad. El objetivo de Maya no es llevar a los seres que condiciona al error, la perdición y el sufrimiento. Más bien, busca despertar la razón en ellos, para que finalmente se vuelvan a Dios, le obedezcan, hagan su voluntad divina, se entreguen a Él y finalmente le sirvan con amor y devoción, por su propio bien, y regresen al Señor, a su reino absoluto por la eternidad.