Krishna, el Supremo Eterno dice además: «Alcanzará la liberación quien así comprenda la naturaleza material y lo que es el ser vivo y la interacción de las tres gunas [virtud, pasión e ignorancia]. Cualquiera que sea su condición, no volverá a renacer en este mundo.»
Una visión clara de la naturaleza material, del Alma Suprema (Dios), del ser individual distinto del Señor y de la relación entre ellos, hace que uno sea apto para alcanzar la liberación y el mundo espiritual, desde donde no tiene que volver al universo material. Este es el fruto del conocimiento.
Su propósito es ver claramente que por algún incidente hemos caído al nivel de la existencia material.
Mediante el esfuerzo personal y el contacto con las sagradas escrituras, los sabios y un genuino maestro espiritual siervo de Dios, todos ellos autoridades en la materia, debemos conocer nuestra verdadera posición, y entonces, iluminados por la palabra divina dada por Dios mismo, podemos volver a la conciencia espiritual, a la conciencia de Krishna, a la conciencia de Dios.
De este modo, tendremos la seguridad de que nunca volveremos a la existencia material donde reina el sufrimiento, sino que seremos transportados al mundo espiritual, para disfrutar de una vida eterna de conocimiento y dicha.
Mientras el alma individual distinta de Dios (que es cada uno de nosotros) actúe bajo la influencia de designaciones o impulsos corporales y según el concepto corporal de la existencia, no es libre. Que renuncie a estos impulsos corporales y acepte convertirse en siervo de Dios, y se liberará. El Supremo Eterno es el único que puede conceder la liberación.
Debemos actuar sólo para Dios. De lo contrario, nos encadenamos. La libertad significa actuar para la Persona Suprema. Así nos liberamos del karma, de la ley de acción-reacción, de la ley de causa y efecto.
Cuando actuamos por Dios, somos libres, pero cuando actuamos por nosotros mismos, el karma nos encadena, perdemos nuestra libertad y tendremos que sufrir las consecuencias de nuestros propios actos.
Sólo en el reino del Supremo Eterno, Krishna, existe la verdadera felicidad, porque Dios que reside allí es la fuente pura.