Las claves de la liberación.
Para liberarse de la esclavitud material, basta con entregarse a Dios y tomar la firme resolución de servirle con amor y devoción por toda la eternidad. La clave de la liberación es el amor a Krishna, Dios, la Persona Suprema.
Servir a Dios con amor y devoción es la verdadera libertad.
En el origen de todas las cosas, cuando el cosmos material aún no existía, las entidades espirituales, también llamadas almas espirituales, vivían con Krishna, Dios,
la Persona Suprema, en Su reino absoluto de conocimiento, dicha y eternidad, y le servían con amor y devoción.
Pero algunas almas se volvieron envidiosas de Dios y quisieron usurpar Su posición como el Señor Soberano, el Maestro Absoluto, y desafiaron Su autoridad al negarse a obedecerle y servirle con devoción.
En realidad, el alma espiritual es eterna y el cosmos material ha sido creado para permitir esta existencia ilusoria, que se llama «falso ego». El ser vivo, el alma encarnada, se cree independiente de Dios y libre de actuar como quiera. Estos son los inicios del Paraíso Perdido, de la caída de Adán. Cuando Adán y Eva pensaron que eran libres de hacer lo que quisieran, se condenaron.
Siendo el eterno servidor del Señor Supremo, todos deben actuar en armonía con el deseo y la voluntad de Dios. Cuando se desvía de este principio, está perdido. Expulsado del Paraíso, llega al universo material donde Dios le concede ciertas facilidades para actuar, mientras le dice:
«Si actúas de acuerdo con mis directivas, puedes volver a mí. Si te niegas, caerás más y más.»
Es la transmigración, la reencarnación del alma en el ciclo interminable de la muerte y el renacimiento. Todo esto es el resultado de la desobediencia a Dios.
Cuando el ser vivo escucha la enseñanza del Señor Supremo, revive su posición original y vuelve a Dios, a su morada original.
El Señor Supremo dice: «Deja todas las formas de práctica religiosa y simplemente entrégate a Mí. Te libraré de todas las consecuencias de tus faltas. No tengas miedo.»