Logos 441
Nuestras acciones y actividades actuales determinan con seguridad cómo será nuestra próxima vida.
Son nuestros pensamientos, recuerdos y deseos en el momento de la muerte los que determinan cuál será nuestra existencia futura y qué cuerpo será el nuestro.
Es nuestro comportamiento en el momento de la muerte, nuestro estado mental y nuestros pensamientos, palabras y acciones los que activarán nuestro karma. Los
cuerpos materiales que nos ponemos son realmente el producto de nuestras actividades mentales.
En realidad, el karma es una ley de la naturaleza según la cual toda acción material, ya sea buena o mala, trae necesariamente consecuencias, que tienen el efecto de atar al autor cada vez más a la existencia material y al ciclo de muertes y renacimientos repetidos, y lleva al autor a sufrir en la próxima vida si sus acciones son pecaminosas. Esta es la ley de la acción, la ley de la acción-reacción, o la ley de la causa y el efecto.
A continuación encontrará extractos del «Manu-samhita», «Las leyes de Manu», el padre de la humanidad y el verdadero Adán, autor de este tratado sobre los derechos y deberes de todo ser vivo. Este tratado sobre el orden cósmico, natural y social expone las leyes y normas de conducta que deben seguir los seres humanos y revela en el capítulo 12 las consecuencias que se derivan de los actos o actividades pecaminosas que los seres vivos sufrirán en sus vidas futuras. Este tratado también deja muy claro que existe un vínculo directo entre la actividad kármica en este caso y las consecuencias de los actos pecaminosos o culpables resultantes, y la futura reencarnación.
Cuanto más se entregan los seres animados y encarnados a los placeres sensoriales, más se afinan sus sentidos. Según el grado de su obstinación en cometer actos malvados, estos necios experimentarán castigos cada vez más crueles aquí en la tierra, regresando al mundo de una u otra forma innoble.
Nacerán en forma de animales expuestos a un dolor continuo. Sufrirán alternativamente, sintiendo el dolor del frío y del calor excesivos, y serán presa de todo tipo de terrores.
En más de una ocasión se alojarán en diferentes matrices, y vendrán al mundo con dolor. Serán sometidos a rigurosas detenciones y condenados a servir a otras criaturas.
Se verán obligados a separarse de sus padres y amigos y a vivir con los malvados. Amasarán riqueza y la perderán. Sus amigos, que tanto les costó conseguir, se convertirán en sus enemigos.
Tendrán que soportar una vejez indigente, enfermedades dolorosas, penas de todo tipo y una muerte imposible de superar.
En cualquier disposición de la mente producida por cualquiera de los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material [la virtud, la pasión y la ignorancia], un hombre realiza tal o cual acto, cosecha el fruto en un cuerpo dotado de esa cualidad.