El Señor Supremo, Krishna dice:
«Mi morada soberana es un reino espiritual y absoluto desde el que no se vuelve a este mundo de la materia. Quien alcanza la perfección suprema, ocupado en el servicio devocional personal a Mí en esa morada eterna, alcanza la más alta perfección de la vida humana y no necesita regresar a este mundo de sufrimiento.»
«Este reino supremo es inmanifestado e imperecedero, la meta final, para quienes lo alcanzan no hay retorno. Este mundo es Mi morada absoluta.»
«Es sólo a través del servicio devocional que uno puede conocerme como soy. Y el ser que, a través de tal devoción, llega a ser plenamente consciente de Mi Persona, puede entonces entrar en Mi reino absoluto.»
«A los que siempre me sirven y adoran con amor y devoción, les doy la inteligencia por la que pueden llegar a Mí.»
«Entrégate por completo a Mí. Por Mi gracia conocerás la paz absoluta, y llegarás a Mi morada eterna y suprema.»
Cuando el ser virtuoso, la gran alma, entra en el reino de Dios, se siente inmediatamente nadando en el océano de la dicha espiritual, sumergiéndose y subiendo a la superficie del sublime océano en un movimiento ininterrumpido. Se siente abrumado por un sentimiento puro de amor y alegría como ningún otro. Dios es la fuente de esto, y a través de su energía de dicha, la distribuye a todos.
Tal es la verdadera felicidad sublime y la paz absoluta.