El Señor afirma además: «Tienes derecho a cumplir con tus deberes, pero no a disfrutar del fruto de tus acciones.»

Debemos ser sinceros, actuar de acuerdo con nuestra posición. La victoria o la derrota sólo depende del Señor. No nos aflijamos también por nuestros fracasos, sigamos cumpliendo con nuestro deber. Cuando Dios lo considere oportuno, nos concederá la victoria. No debemos estar exuberantes después de la victoria, ni angustiados en la derrota. Debemos hacer un esfuerzo sincero para hacer la voluntad de Krishna sin preocuparnos por la victoria o la derrota. El único deber que tenemos es actuar con sinceridad, para que nuestras actividades puedan ser apreciadas por Krishna, Dios, la Persona Suprema.

En todos los planetas de nuestra galaxia «Vía Láctea», así como en todas las galaxias, todos los seres vivos, incluidas las deidades maestras, están completamente subordinados a la voluntad del Señor. Luchan como pájaros atrapados en una red, incapaces de moverse libremente.

La diferencia entre los creyentes eruditos y los incrédulos es que los primeros saben que nada puede suceder a menos que el Señor Soberano quiera que suceda, mientras que los segundos no pueden entender nada de la Suprema Voluntad de Dios. Nadie puede actuar de forma independiente, sino que todos actúan bajo la dirección de Dios, la Persona Suprema. Por lo tanto, la victoria y la derrota ocurren según las consecuencias del karma, los actos pasados, y el Señor Supremo es el único juez en este asunto. Como actuamos bajo el dominio del Ser Supremo según nuestro karma, nadie, desde Brahma el demiurgo hasta la insignificante hormiga, es independiente. Ya sea que seamos derrotados o victoriosos, el Señor Supremo siempre es victorioso, pues todos los seres actúan bajo Su guía.

El poder de nuestros sentidos, nuestro poder mental, nuestro vigor físico, nuestra fuerza vital, así como la inmortalidad y la mortalidad están sometidos a la autoridad suprema de Dios. Los necios que ignoran este hecho creen que el cuerpo, material e inerte, es el origen de sus acciones. Todos nosotros bailamos según los deseos de Dios, el Maestro Supremo. Nadie es independiente.

Krishna, Dios, la Persona Suprema, es el único Maestro Supremo, todos los demás son Sus sirvientes, y bailan a Su voluntad. Todos somos siervos y siervas de Krishna, y no tenemos independencia. Bailamos según los deseos del Señor Soberano, pero debido a la ignorancia y la ilusión, pensamos que somos independientes de la Voluntad Suprema.