Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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Logos 322

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El Señor dice: «No hay ningún deber en los tres mundos que deba cumplir; no necesito nada, ni deseo nada. Sin embargo, estoy preparado para la acción.»

Dios, la Persona Suprema, se describe así en las escrituras védicas, las sagradas escrituras originales reveladas:

«El maestro absoluto domina a todos los demás maestros y, por tanto, también a los de los distintos planetas. Todos están subordinados a Él. Los poderes especiales que algunos seres pueden poseer, los poseen sólo por Su voluntad. Ellos mismos nunca son supremos. Los seres celestiales le adoran y le deben lealtad; Él domina a todos los gobernantes y amos en el orden material, y todos deben adorarle. Nadie es superior a Él; Él es la causa de todas las causas. No tiene cuerpo material como un hombre ordinario. No hay diferencia entre Su cuerpo y Su alma, Él es absoluto. Todos sus sentidos son perfectamente espirituales, y cada uno de sus órganos sensoriales puede realizar las funciones de cualquier otro. Nadie, de nuevo, es superior a Él, ni siquiera igual. Sus poderes son infinitos, y naturalmente la sucesión de sus actos también es interminable».

Porque en Dios, la Persona Suprema, todo es perfección, verdad pura, infinita y absoluta, no tiene ningún deber que cumplir. Sólo el que tiene que sufrir las consecuencias de sus acciones debe también cumplir con ciertos deberes dados, pero el que no tiene nada que desear en los tres mundos, los tres sistemas planetarios, no está obligado a ningún deber. El Señor siempre viene a este mundo para guiar, aconsejar y enseñar a todos los seres vivos que están condicionados por la materia y engañados por la energía de la ilusión, de lo contrario todos se hundirían en la oscuridad. Es una suerte que Krishna, Dios, la Persona Suprema, venga regularmente a la tierra para restablecer la espiritualidad, pues de lo contrario los seres humanos se hundirían en la ignorancia y cometerían actos impíos, lo que les sumiría en el ciclo de repetidos renacimientos y muertes, y les obligaría a padecer un sufrimiento sin fin.

Krishna, Dios, la Persona Suprema es luz pura, y en la luz pura no hay oscuridad ni reflejo. Donde está la luz, no puede estar la oscuridad. Dios enseña que uno debe esforzarse por alcanzar el reino de la luz, el Absoluto. El mundo espiritual brilla con luz, mientras que el universo material está envuelto en la oscuridad. Quienes deseen abandonar el cosmos material y la galaxia en la que viven, donde brilla la oscuridad, pueden hacerlo. Todo lo que tienen que hacer es volverse a Dios y elegir servirle con amor y devoción, y la oscuridad se disipará inmediatamente y aparecerá la luz pura.

Krishna, Dios, la Persona Suprema es la clave mayor y primordial de la existencia, la esencia sublime y la fuerza activa original de la vida. Él es la inmortalidad. Siendo Él mismo la fuente y la esencia pura de la dicha, quien se acerca a Él y le sirve con amor y devoción se sumerge inmediata, permanente e incesantemente en la felicidad inefable. La verdadera felicidad se encuentra con Él y en ningún otro lugar.

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