Logos 215
¿Se ha preguntado alguna vez por qué algunas personas mueren jóvenes o en la flor de la vida, o por qué algunas nacen con una discapacidad física?
La verdad es que todos nuestros pensamientos, palabras y acciones dirigidas al mal en todas sus formas tienen efectos con consecuencias dañinas y muy dolorosas, que sufrimos ya en nuestra vida presente, pero sobre todo en nuestra próxima vida con seguridad.
Los que mueren jóvenes, a su vez, sufren la interrupción de su existencia, porque en su vida anterior tomaron la vida de un ser vivo, humano o animal. Lo que han hecho se les hará en su próxima vida de la misma manera. Los que han incapacitado a una persona cortándole un miembro sufrirán exactamente lo mismo en su próxima vida, o nacerán con una discapacidad o ceguera. El sufrimiento que soportamos hoy es la consecuencia de nuestras malas acciones en nuestra vida anterior. El propósito del sufrimiento es ayudarnos a borrar los errores que hemos cometido.
Todo aquel que quite la vida a un ser humano o incluso a un animal será castigado severamente por la justicia divina. Tendrán que sufrir mucho en su próxima existencia por su acto criminal y se les hará lo mismo, para que no vuelvan a hacerlo. Así que escuchemos a Dios y no hagamos nunca el mal, ya sea a un ser celestial, a un ser humano, a un animal o a una planta.
Logos 216
Cuando comemos sólo comida vegetariana que ofrecemos a Dios de antemano, está purificada porque es aceptada por el Señor. De esta manera nos liberamos del karma y nos volvemos inmunes a la contaminación material.
Está prohibido comer carne, pescado o huevos. Comer carne es participar en la matanza innecesaria de otros seres vivos. Trae malas reacciones kármicas en esta o en la próxima vida. Las leyes del karma explican que quien mata a un animal para alimentarse se convertirá él mismo en una víctima en la próxima vida y será devorado. También hay algo de karma en tomar la vida de las plantas, pero es anulado por el proceso de ofrecer comida a Dios, porque el Señor dice que acepta tales ofrendas vegetarianas. También hay que renunciar a las sustancias excitantes y venenosas, como el café, el té, el alcohol y el tabaco. Intoxicarse de este modo equivale a dejarse influir por la ignorancia, y puede conducir a un nacimiento inferior en la próxima vida.
Otras técnicas para liberarse del ciclo de la reencarnación consisten en ofrecer los frutos del trabajo a Dios. Todos los hombres deben trabajar para mantener su cuerpo; pero si uno actúa sólo para su propia satisfacción, entonces debe aceptar las consecuencias del karma, ya sean buenas o malas, en vidas futuras. Hay que actuar para la satisfacción del Señor. Esta acción se llama servicio devocional, y está libre de karma. Actuar con conciencia de Dios es como realizar sacrificios. El hombre debe sacrificar su tiempo y su dinero para la satisfacción del Ser Supremo. La acción debe ofrecerse como un sacrificio a Dios, para no atar al hacedor al mundo material. La acción realizada como servicio devocional no sólo lo preserva a uno de las reacciones del karma, sino que también lo eleva gradualmente al servicio del amor espiritual ofrecido al Señor, que es la clave para entrar en el reino de Dios.