Logos 161
¿Cuáles son las causas de la creación?
La primera causa es el destino del alma encarnada y condicionada en el universo material. La creación material existe para los seres condicionados que desean convertirse en falsos maestros para saborear el placer de los sentidos. En verdad, la creación material es para el disfrute de los sentidos de las almas encarnadas que así se condicionan.
Está escrito: «Tan pronto como un ser olvida su deber principal, que es servir al Señor, crea una atmósfera de disfrute material llamada maya; ésta es la causa de la creación.»
La naturaleza material proporciona al alma condicionada una atmósfera para la única satisfacción de los sentidos, y es creada por el Señor Supremo. La naturaleza material está animada por la Persona Suprema, Dios. La manifestación cósmica es creada por Su inconcebible poder. En verdad, el alma condicionada es la hacedora de su propio destino. Actúa bajo la guía del Señor Supremo, que siempre lo acompaña como las Almas Supremas o Espíritu Santo. Las leyes de la naturaleza le asignan un cuerpo particular.
Logos 162
Cuando la espiritualidad baña la atmósfera terrestre y a los seres humanos, sus tres atributos: austeridad, limpieza o pureza y compasión, son desarrollados por todos.
Las tres cualidades espirituales enumeradas anteriormente, la pureza, la austeridad y la compasión, pertenecen a los dos nacidos y a los seres celestiales. Quien no está en la virtud es incapaz de adherirse a estos tres principios de la espiritualidad.
Hay tres actividades pecaminosas que impiden su obtención: la unión sexual ilícita, el uso de drogas y de cualquier sustancia venenosa o intoxicante, y el consumo de carne, pescado y huevos. Estas tres prohibiciones se basan efectivamente en los principios de austeridad, limpieza o pureza y compasión. Así, los virtuosos y otros seres santos muestran compasión al perdonar la vida de los animales inocentes, y también permanecen puros, ya que no se contaminan con alimentos y hábitos indeseables. En cuanto a la austeridad, está representada por la restricción de las actividades sexuales. Los seres sagrados que se dedican a la conciencia de Dios deben observar todos estos principios.