canción, cada paso es una danza, y la flauta de Krishna acompaña cada gesto. Allí todo brilla con luz propia, comparable a la del sol y la luna en el universo material. La forma humana es todo para la comprensión del lugar trascendental de Vrindavane, y las almas afortunadas deben cultivar el conocimiento de Vrindavane y sus habitantes. En esta morada suprema, las vacas Surabhi inundan la tierra con su leche. Dado que cada momento se utiliza sabiamente, no hay pasado, presente o futuro. Una manifestación de este Vrindavan, la morada suprema de Krishna, se encuentra en la tierra (en la India) y los devotos altamente realizados lo adoran como el Vrindavan del mundo espiritual. Sin embargo, nadie puede apreciar Vrindavane sin estar profundamente realizado en el conocimiento espiritual, en la conciencia de Krishna. Nuestros sentidos nos hacen ver Vrindavane como un lugar más, pero a los ojos del devoto altamente realizado no es diferente del Vrindavane original.
Los Vedas, las sagradas escrituras originales también llamadas «El Verdadero Evangelio» dicen de Krishna, Dios, la Persona Suprema:
«Dios, el Ser Supremo, es una persona de poder infinito. Es el origen de todo y posee múltiples energías. El Señor Soberano trasciende la manifestación cósmica incluso cuando mora en su energía material. La fuente de toda espiritualidad, Él es el Salvador Supremo y el Maestro de todas las excelencias. Como el sol, Él difunde Sus energías en profusión mientras permanece oculto tras la nube de esta manifestación cósmica material. Maestro de todos los maestros, es el Soberano de todos los soberanos. Conocido como el Señor Último, la Persona Divina, Sus energías y poderes son múltiples y diversamente difundidos».
El Señor recibe el nombre de Tryadhishvara, en referencia a Sus tres moradas principales, Gokula, Mathura y Dvaraka, donde reina la opulencia absoluta. Establecido en su poder trascendental, Krishna es el Maestro de estas tres moradas y de todas las energías espirituales, además de poseer las seis excelencias en su plenitud. Es por eso que todas las escrituras védicas, las sagradas escrituras originales, «El Verdadero Evangelio» proclaman que Él es Dios, la Persona Suprema.
Aunque Krishna, Dios, la Persona Suprema mora en Vrindavana en Su reino absoluto donde disfruta viviendo en compañía de Sus amigos eternos, las gopis y los pastores, Sus poderes actúan a Su orden en toda la creación y no perturban Sus entretenimientos eternos.
Los seres celestiales se someten a sus órdenes para servirle exactamente como Él desea. Dios, la Persona Suprema, lo dirige todo y sus órdenes son ejecutadas por otros, siendo su aspecto impersonal (el único aspecto de Dios conocido por judíos, cristianos y musulmanes) sólo una apariencia. El Señor explica que no hay nada superior a Él y que el Ser Supremo Impersonal, una mera manifestación de Su resplandor personal, está subordinado a Él. Él está más allá de todos los seres conscientes e inconscientes, de ahí su nombre de Persona Suprema. Todos los seres están situados en Él y actúan bajo su voluntad.