Bienaventurado el que conoce a Dios en toda Su verdad, el desigual, el no encarnado, el irreprochable, el filósofo omnisciente, el todopoderoso, que se basta a sí mismo y satisface todos los deseos desde el principio de los tiempos. Ninguna vena irriga su cuerpo, nada mancha su pureza. Él purifica instantáneamente todo lo que toca. Tal es la forma eterna y absoluta de Dios, la Persona Suprema.
En efecto, el Señor tiene un cuerpo, pero no es en absoluto comparable a los del universo material. El alma encarnada y condicionada está envuelta en la materia gruesa y en la materia sutil y etérea, respectivamente el cuerpo físico y la mente. Su cuerpo, producido por la naturaleza material, funciona como una máquina: su estructura anatómica y fisiológica se basa en un conjunto de mecanismos: funciones respiratorias, digestivas, sanguíneas… Pero el cuerpo del Señor no se parece en nada al del alma condicionada, «ninguna vena lo irriga». Si a Dios se le llama «el Desencarnado», es porque no hay diferencia entre Su cuerpo y Su alma, y no está, como nosotros, obligado por las leyes de la naturaleza a revestirse de un cuerpo material. Él es el Todo Completo y Absoluto, por lo que Su cuerpo, mente y Él mismo son Uno.
La naturaleza de Dios es totalmente espiritual. Su forma es eterna, todo conocimiento y dicha. El cuerpo de Dios es totalmente diferente al nuestro; por eso a veces se dice que no tiene forma, cuando en realidad su forma, al no ser material como la nuestra, simplemente no puede ser percibida por nuestros ojos. Las distintas partes del cuerpo del Ser Supremo pueden ocupar cada una las funciones de las demás. Así, el Señor puede oír con su boca, ver con sus manos, aceptar ofrendas de comida con sus ojos. Sus brazos y piernas, aunque diferentes a los nuestros, le permiten tomar lo que le ofrecemos y moverse más rápido que nadie. Por eso se dice que Dios es «omnipotente».
Krishna, el Señor Supremo, es absoluto, infalible y sin principio. Se despliega en innumerables formas, y aunque es la Persona original, el más antiguo de todos los seres, sus rasgos siempre conservan la frescura de la juventud.
Son innumerables los planetas espirituales, llamados Vaikunthas, los Avatares, las emanaciones del Señor Supremo y los universos (galaxias). Krishna, el Señor Soberano, es la única fuente de estos. Su cuerpo absoluto es eterno, todo dicha y conocimiento. Goloka Vrindavane es Su morada. Posee plenamente las seis excelencias, la riqueza, el poder, la fama, la belleza, el conocimiento y la renuncia. Él es el Ser Supremo, el Señor de todos los señores. La fuente de todo lo que es, no tiene otro origen que Él mismo. La Causa Suprema de todas las causas, reside en Vrindavane, y es de lo más fascinante, como Cupido.
Vrindavane es un lugar de naturaleza espiritual eterna y está poblado por diosas de la fortuna, conocidas como gopis. Todos son los amados de Krishna y Él su único amor. Los árboles son todos árboles de los deseos, de los que se puede obtener lo que uno desea, la tierra está hecha de piedra filosofal y el agua es néctar. Cada palabra es una