Vrindavana. El Señor es el Creador Supremo, puede dar a los que le sirven todas las cualidades para volver a Él. Él es la primera Causa, la Causa de todas las causas, y por lo tanto, por la manifestación directa de Su poder interno, la única causa de Su propio placer.
Los seres vivos (almas espirituales) son emanaciones infinitesimales del Señor, y cuando manifiestan el deseo de convertirse en Dios, Él les permite entrar en la creación material, donde pueden intentar cumplir este deseo. Animan la materia y ponen en movimiento toda la manifestación cósmica. El Señor les proporciona todas las facilidades para dominar la naturaleza material, pero Él sigue siendo el Maestro Absoluto de sus actividades en la forma del Alma Suprema.
El Señor Supremo, que es el originador tanto del Ser Supremo Impersonal como del Alma Suprema, es la Fuente de todo lo que existe, tanto animado como inanimado. Quien posee este conocimiento se compromete inmediatamente a su servicio. Como ser puro, se apega completamente al Señor. Otros espiritualistas, los que sólo han realizado el Ser Supremo Impersonal o el Alma Suprema, no pueden apreciar los actos de esos seres perfectamente realizados. Pero el Señor siempre está ahí para ayudar a Sus devotos puros; sentado en sus corazones, les infunde el conocimiento necesario para disipar completamente la oscuridad de la ignorancia. Ni los filósofos ni los seres realizados pueden concebir esto, ya que su progreso espiritual depende más o menos de sus propios poderes. Sólo aquellos a los que el Señor concede su gracia, los santos, pueden conocerlo y verlo en persona.
El resplandor que emana del cuerpo de Krishna, Dios, la Persona Suprema, está poblado por un número infinito de almas espirituales. Suele ser aquella en la que los impersonalistas desean fundirse cuando abandonan su cuerpo al morir éste.
Las excelencias de Krishna, Dios.
En verdad, Dios no tiene ningún Nombre o más bien, nadie sabe cuántos tiene, porque Dios es ilimitado, Sus Nombres también deben ser ilimitados. Por lo tanto, no podemos elegir ninguno de ellos en particular. Dios tiene muchas relaciones con Sus devotos, a las que corresponden los diversos Nombres que se le atribuyen. Siendo infinita la diversidad de Sus relaciones, así como el número de Sus devotos, Sus nombres son también infinitos en número. Por lo tanto, no se puede seleccionar ninguno en particular. Sin embargo, el Nombre Ká¹›iá¹£hṇa significa «infinitamente fascinante»: Dios, en efecto, fascina a todos los seres, y es precisamente la definición de la palabra Dios.
En los numerosos grabados que representan a Ká¹›iá¹£hṇa en Vrindavana, podemos ver que, efectivamente, Él atrae a las vacas, a los terneros, a los pájaros, a los animales, a