crean niebla. Así, la creación material es sólo el reflejo distorsionado de la naturaleza espiritual eterna, la del reino de Vaikuṇá¹ha.
El ser separado (el alma encarnada) tiene una naturaleza cualitativamente igual a la de la potencia interna, mientras que la potencia externa está bajo el control indirecto de la causa primera de todas las causas, Dios. La energía de la ilusión, o mÄyÄ, engaña al ser separado. Aunque cualitativamente inferior a la energía marginal formada por los seres vivos, partes integrantes del Señor, mÄyÄ es, sin embargo, capaz de dominar a los seres vivos. El ser espiritual envuelto por esta energía ilusoria evoluciona en diferentes formas de vida y asume toda clase de cuerpos, desde el de la insignificante hormiga hasta el de BrahmÄ, el demiurgo del universo (galaxia).
Dios toma prestada la forma material omnipresente por el juego de su poder inconcebible. Aunque las tres energías del Señor, la interna, la externa y la marginal, son en última instancia idénticas en esencia, sus acciones respectivas difieren. Del mismo modo, se dice que las energías externa y marginal son tales sólo en función de las condiciones particulares, que no existen para la energía interna original. Las condiciones que rigen la energía externa tampoco pueden influir en la energía marginal, ni viceversa. Quien puede comprender los complejos mecanismos de todas estas energías del Señor Soberano ya no puede seguir siendo víctima de un conocimiento mediocre y limitarse al empirismo impersonal.
El Señor Supremo, Ká¹›iá¹£hṇa, encuentra la felicidad a través de seis tipos principales de emanaciones. En primer lugar, están Sus manifestaciones, llamadas prabhavas y vaibhavas.
Del Señor proceden las dos primeras categorías de emanaciones, denominadas prÄbhavas y vaibhavas. Las formas prÄbhavas gozan de la omnipotencia de Ká¹›iá¹£hṇa, cuando las llamadas vaibhavas sólo muestran una potencia parcial. La manifestación de las formas prÄbhavas está relacionada con los poderes del Señor, las de las formas vaibhavas con Sus glorias. De nuevo, las formas prÄbhavas todopoderosas se dividen en dos categorías según sean temporales o eternas.
Los avatares también se dividen en dos categorías: las emanaciones completas del Señor y las que tienen poderes específicos. Por último, Él aparece en dos formas con las características de la infancia y la primera juventud respectivamente. El Señor Krishna es el que siempre se ve adornado con una maravillosa cabellera negra. Esta característica del Señor Supremo también se aplica a Baladeva, Su primera emanación completa, de modo que incluso después de muchos años, ambos conservan la apariencia de jóvenes de dieciséis años. Aunque es el más viejo de todos los seres, sigue conservando la frescura juvenil de un niño. Tal es la naturaleza del cuerpo espiritual eterno de Krishna, Dios, la Persona Suprema.
Existen, pues, seis formas conocidas como vilÄs. Las dos categorías de Avatares, los dotados de poderes y las emanaciones plenarias, también encajan en las manifestaciones prÄbhavas y vaibhavas. En cuanto a la infancia y la primera juventud