Las formas de Krishna, Dios, la Persona Suprema son infinitas.

Krishna es la fuente de las emanaciones plenarias y de los Avatares.

Sólo Dios, la Persona Suprema, la fuente de todas las manifestaciones divinas, puede ser llamado correctamente el Señor Original.

Dios, la Persona Suprema, se multiplica en innumerables formas, pero aunque todas son de igual potencia, el Señor Todopoderoso en Su forma primordial sigue siendo su fuente común. Ká¹›iá¹£hṇa es la causa de todas las causas, el origen de todos los Avatares. Dios, la trascendencia, el Summun Bonum, el Ser Supremo, es aquel del que todo procede, en el que todo descansa y en el que todo se reabsorbe tras la aniquilación (el fin del mundo). Él es el origen y el sostén de todo. Se le llama el Ser Supremo. Él es el refugio de todo lo que es, y como el Señor Supremo, la fuente primaria, la meta final y la morada de todo lo que es. En su cuerpo se encuentran todas las galaxias. Krishna es el refugio de las almas sumisas y la fuente primaria de todas las galaxias.

Quien conoce la verdadera naturaleza del Señor Ká¹›iá¹£hṇa y Sus tres diferentes energías no puede permanecer ignorante sobre Él. Por el juego de Sus poderes, que actúan en un orden natural más allá de las facultades especulativas del hombre, la Suprema Trascendencia, el summun bonum, Dios, existe eterna y simultáneamente en cuatro aspectos puramente espirituales: Su persona, Su resplandor impersonal, Sus emanaciones potenciales (los seres distintos de Dios que somos) y la causa primera de todas las causas.

El Todo Supremo, Krishna, puede ser comparado con el sol, que también tiene cuatro aspectos: Su Ser Maestro Celestial, su resplandor radiante, sus rayos interiores y su reflejo en otros mil objetos.

Un verdadero abismo separa el conocimiento material, por muy avanzado que sea, de la naturaleza espiritual. Por lo tanto, está claro que los actos y designios de la Verdad Absoluta son inconcebibles.

Dios, la Verdad Absoluta, tiene tres energías principales: la interna, la externa y la marginal. Por acción de Su poder interno, el Señor Supremo en Su forma original hace que se despliegue la manifestación cósmica espiritual, formada por los planetas espirituales llamados Vaikuṇṭha, o Vaikuṇṭhaloka, eternos, que siguen existiendo incluso después de la aniquilación del cosmos material. Por su poder marginal se multiplica en innumerables seres individuales, partes integrantes de su Persona, al igual que el sol dispersa sus rayos en todas direcciones. Y mediante Su poder externo, el Señor hace que la creación material se manifieste, al igual que los rayos del sol