energía los mantengo en su órbita. La manifestación cósmica, a través de una de Mis emanaciones plenarias, la penetro toda».

«Yo existo en todas partes y todo existe en Mí, pero no soy visible en todas partes. De todas las cosas de este mundo, materiales y espirituales, sabed que Yo soy el Origen y el Fin. Ninguna verdad es superior a Mí. Todas las cosas se apoyan en Mí, como perlas en un hilo».

«Todo estado del ser, ya sea de Virtud, Pasión o Ignorancia, no es más que una manifestación de Mi energía. En cierto sentido, Yo soy todo; sin embargo, nunca pierdo Mi individualidad».

El tiempo es una manifestación del Señor para recordarnos que debemos entregarnos a Él. El Señor se dirige a cada alma encarnada condicionada por la materia en forma de tiempo. Declara que quien se entrega a Él nunca más experimentará los problemas del nacimiento y la muerte. Por lo tanto, debemos ver el tiempo como el Señor Soberano ante nosotros. La influencia de Dios, la Persona Suprema, se siente a través del factor tiempo, que representa la influencia de Dios, la Persona Suprema. En otras palabras, el tiempo es destructivo. Todo lo creado está también sujeto a la destrucción y aniquilación, que representa la acción del tiempo.

Dios se manifiesta constantemente en forma de tiempo universal, por el que pone en movimiento la materia y la hace envejecer, y también en su manifestación de «muerte» por la que se lleva todos los seres vivos.

No preguntes más «dónde está Dios», ahora sabes que está en todas partes.

El Señor añade: «Mis devotos puros están encantados con la visión de mis diversas formas, con el resplandor de mi rostro y con la inefable gracia de mi cuerpo. Están tan fascinados por Mi risa, Mis entretenimientos y Mi mirada que constantemente absorben sus pensamientos en Mí y me entregan sus vidas. Como no han aspirado a ninguna forma de liberación o disfrute material, los llevo a Mí, entre Mis compañeros eternos, en Mi Reino absoluto».

Nada puede existir sin que la voluntad del Señor lo anime. Gobierna todos los poderes de los mundos material y espiritual y está siempre bañado en la más pura espiritualidad. La creación material no puede existir separada del Señor Supremo.