Palabras de Dios
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Al final de la vida de Brahma, toda manifestación creada entra en Mi energía, y cuando lo deseo, por Mi propio poder, vuelvo a crear. Aprende de Mis labios que son Mis energías las únicas que actúan en todas partes. Toma una vasija de barro: no tienes más que un conjunto de tierra, agua, fuego, aire y éter. Y tanto si la olla es nueva, como si es vieja o está rota, los mismos elementos la componen siempre. Cuando se crea, la vasija es sólo una combinación de tierra, agua, fuego, aire y éter; a lo largo de su existencia, sus componentes siguen siendo los mismos, y cuando se destruye, se aniquila, sus ingredientes se conservan en diversos sectores de la energía material. Del mismo modo, en la creación de este cosmos, a lo largo de su manifestación, así como después de su destrucción, es Mi energía, siempre la misma, la que asume diferentes aspectos. Y como Mi energía no está separada de Mi Persona, hay que concluir que Yo existo en todas las cosas.

Del mismo modo, el cuerpo de un ser vivo no es más que un conjunto de los cinco elementos de la materia densa (tierra, agua, fuego, aire, éter), y el ser encarnado en esta condición material es en sí mismo un fragmento de Mi Persona. Si el alma se encuentra aprisionada de esta manera, es porque alimenta una falsa concepción de su identidad, y se toma a sí misma por la beneficiaria suprema. Es este falso ego en el ser vivo el que le obliga a experimentar el encarcelamiento dentro de la existencia material. Como Verdad Suprema y Absoluta, estoy personalmente más allá del ser vivo, así como de su envoltura material. Tanto las energías materiales como las espirituales actúan bajo Mi autoridad soberana. Te pido que no te aflijas tanto y que trates de ver todo con filosofía. Entonces comprenderás que siempre estás conmigo y que, por tanto, no hay motivo de lamentación en la separación de nuestros cuerpos.

Doy fe y refugio a todo aquel que se rinde a Mí y jura servirme para siempre, pues tal es Mi naturaleza. Yo soy el fundamento del Supremo Ser Espiritual Impersonal, que es inmortal, inagotable, eterno y el principio mismo de la felicidad última.

Esta galaxia (Vía Láctea) está toda impregnada por Mí, en Mi forma no manifestada. Todos los seres están en Mí, pero Yo no estoy en ellos. Al mismo tiempo, nada de lo creado está en Mí. Mira mi poder sobrenatural, sostengo a todos los seres, estoy presente en todas partes y sin embargo sigo siendo la fuente misma de toda la creación. Al igual que en el espacio etéreo se encuentra el poderoso viento, soplando por todas partes, así sabed que en Mí se encuentran todos los seres.

Yo soy la semilla de toda la existencia. Nada móvil o inmóvil existe sin Mí. Mis glorias divinas no tienen límites. Lo que te he revelado es sólo una especie de ejemplo, una pequeña parte de Mi infinita grandeza. Todo lo que es bello, poderoso, glorioso, irrumpe, sabed que es sólo un simple fragmento de Mi esplendor. Pero de qué sirven todos estos detalles, para toda la galaxia, con una sola chispa de Mi Persona, la penetro y la sostengo.

Conocimiento de la naturaleza material.

Por Su poder interno, el Señor asegura la existencia trascendental de todas las estrellas que flotan en el cielo espiritual, donde todos los habitantes son almas eternamente liberadas. La influencia de la energía material brilla por su ausencia. Fuera de los planetas espirituales está la manifestación impersonal del Señor Krishna conocida como Brahmaloka, y más allá, el océano causal. En la orilla opuesta del Océano Causal se encuentra, pero no toca, la energía material. Las aguas espirituales del Océano Causal llevan a Mahā-Viṣṇu, el Ser Supremo Original que procede de Saṅkarṣaṇa, la emanación plenaria de Krishna. Dirige Su mirada a la energía material, y mediante un reflejo de Su cuerpo trascendental se amalgama con los elementos materiales.

La energía material, aunque es la fuente de los elementos materiales y el origen de las manifestaciones materiales, es inerte, pues carece del poder de actuar de forma independiente. La mirada de Mahā-Viṣṇu le da el poder de producir la manifestación cósmica; así que no puede ser la causa original de la misma. Es la mirada trascendental de Mahā-Viṣṇu sobre la naturaleza material la que provoca esta manifestación cósmica.

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