La Ciencia Espiritual Pura
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futuras, y así sufrirá muchas veces en lugar de una. Como la gente no sabe que hay una vida futura, ni conoce el intrincado funcionamiento de la naturaleza, inventa sus propias leyes; pero debería consultar debidamente las prescripciones ya establecidas en las sagradas escrituras y actuar de acuerdo con ellas.

Dios había pedido a Ezequiel que enseñara al pueblo el arte de la penitencia y el arrepentimiento por los pecados que había cometido, para cambiar, corregir sus actos culpables y ser mejores de acuerdo con las leyes divinas. Por lo tanto, esta expiación es necesaria y debe corresponder a la gravedad de los pecados cometidos.

A un asesino se le da la pena de muerte por su propio bien, porque si no se somete a este castigo, puede cometer más crímenes por los que tendrá que pagar las consecuencias en sus vidas futuras, y sufrir mucho en cada existencia. Por eso es justo que los delincuentes sean castigados por el rey o el gobierno, así como es beneficioso que los que cometen delitos muy graves encuentren la muerte por la gracia del Señor.

¿Por qué Dios permite la existencia del bien, el mal y el sufrimiento?

En realidad, el bien y el mal no existen. De hecho, la noción del bien y del mal está relacionada con la materia, y resulta del concepto corpóreo de la existencia.

Desde este punto de vista, la bondad consiste en respetar y aplicar los preceptos de Dios, los principios reguladores o prohibidos, los mandamientos divinos, las leyes divinas, las instrucciones divinas, creer en su palabra divina, en su enseñanza, obedecerle, hacer su voluntad, unir nuestros intereses a los suyos, renovar el vínculo que nos une a Él, entregarnos a Él y servirle con amor y devoción. El mal es envidiar a Dios, creer que somos idénticos a Él o tomarnos por Él. Es negarle, negarse a servirle, pretender que no existe, y por lo tanto rechazar su palabra, su enseñanza, sus mandamientos, sus leyes, no querer obedecerle y por lo tanto rechazar su autoridad. Al final, es hacer lo contrario del bien.

El bien absoluto es ofrecer nuestra vida, nuestra existencia, todas nuestras acciones, nuestros deseos, nuestros intereses a Dios. Es partir del principio de que todo le pertenece a Él y, por lo tanto, usar todo solo para la satisfacción de Krishna, Dios, la Persona Suprema. El bien absoluto no es otro que Dios mismo, y lo caracteriza.

Si Krishna, Dios, la Persona Suprema, permite que el bien y el mal existan en todos los planetas del cosmos material, es para que los seres vivos aprendan a obedecerle, y actúen de forma justa para el bienestar de todos evitando causar sufrimiento a los demás y para que sepan que todo acto genera efectos con diversas consecuencias, buenas o malas, por las que cada uno tendrá que dar cuenta y someterse a una sanción al final de la vida presente ya, y seguramente en su próxima existencia. Al

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