¿Acaso no dijo Dios: Esta es la mentira que los profetas profetizan en mi nombre? Yo no los envié, yo no les ordené, yo no les hablé. Estas son visiones falsas, vanas predicciones, engaños de sus corazones, que les profetizan.

El reino de Dios es la única verdadera tierra prometida; no hay otra.

En verdad, la tierra prometida a la que Dios se refirió es Su reino absoluto, y ningún otro lugar.

No pertenecemos al universo material, sino al mundo espiritual, pues de ahí provienen todos. Descendemos de la energía marginal de Dios, de los fragmentos más diminutos de Su Persona, y nuestro verdadero hogar original se encuentra en el reino eterno de Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, compuesto por innumerables planetas espirituales de incomparable belleza.

Desde tiempos inmemoriales, Dios nos ha pedido que busquemos su presencia benéfica, salvadora y dadora de felicidad, que escuchemos su palabra divina, que respetemos y apliquemos sus directrices, para que podamos regresar a la verdadera tierra prometida, donde se encuentra nuestro verdadero hogar original, situado en su reino de conocimiento, dicha y eternidad.

La verdadera vida se encuentra en el reino absoluto de Dios, y la verdadera felicidad se encuentra con Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, en Su compañía y solo en Su presencia.

En el maravilloso reino de Dios, cada palabra es una canción y cada paso es una danza. Todo es sublime.

Vrindavan es un lugar trascendental en el reino de Dios, de naturaleza eternamente espiritual y poblado por diosas de la fortuna, conocidas como gopis. Todas son amadas de Krishna, y Él es su único amor. Allí, todos los árboles son árboles de los deseos, de los cuales se puede obtener cualquier deseo. La tierra está hecha de la piedra filosofal y el agua es verdadero néctar. Cada palabra es una canción, cada paso es una danza, y la flauta de Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, acompaña los gestos de cada momento. Todo brilla con luz propia, comparable a la del sol y la luna en el universo material.

La forma humana está completamente dedicada a comprender este lugar de trascendencia que es Vrindavan, y las almas afortunadas deben cultivar el conocimiento de Vrindavan y sus habitantes. No hay pasado, ni presente, ni futuro, ni sufrimiento, sino alegría eterna e incesante. Al igual que Krishna, Dios, quien es eternamente joven, todas las almas hermosas y puras que viven allí también lo son.