Solo sirviéndome con amor y devoción indivisos se puede conocerme tal como soy y, asimismo, verme verdaderamente. Así, y solo así, se puede penetrar el misterio de Mi Persona.
Tras alcanzarme, las grandes almas, los espiritualistas dedicados a la devoción, nunca regresan a este mundo temporal, lleno de sufrimiento, pues han alcanzado la perfección suprema.
En verdad, las verdaderas relaciones son las que se dan a nivel del alma.
Cada uno de nosotros es, en realidad, un alma espiritual encarnada en un cuerpo de materia densa. Debido a que hemos olvidado nuestra verdadera identidad espiritual, cometemos el error de identificarnos con nuestros cuerpos. A través de este concepto corporal de la existencia, cometemos enormes errores que nos hunden repetidamente en el sufrimiento. Es absolutamente necesario que redescubramos nuestra verdadera naturaleza espiritual. Es el interés del alma lo que debe buscarse, no el del cuerpo, y son las necesidades del alma las que deben satisfacerse, no las del cuerpo.
Las verdaderas relaciones que los seres humanos deben tener entre sí son las que se dan a nivel del alma y se basan en los lazos que los unen con el Alma Suprema, Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios. Pues las relaciones de alma a alma se establecen a partir del vínculo que une a cada persona con el Alma Suprema, Krishna. Estas relaciones, basadas en el alma, conducen a la liberación espiritual y la salvación, pues tienen a Dios mismo como su fuerte vínculo.
Entregarse a Dios y servirle con amor y devoción es la perfección de la existencia y la vida eterna.
Si espiritualizamos nuestras acciones, nuestro espacio y nuestras vidas, veremos a Dios obrando. Lo veremos actuando para reducir la maldad a la nada y silenciar a quienes propagan el odio y el racismo.
Lo veremos actuando para ayudar a los desafortunados y resolver las dificultades de quienes las desconocen. Nosotros mismos lo veremos a nuestro lado, enseñándonos la ciencia espiritual pura, mostrándonos su amor, aconsejándonos, guiándonos y diciéndonos, mediante señales, qué hacer y qué no hacer. Veremos que Él es verdaderamente nuestro Padre Celestial, el Monarca Soberano del universo entero, y que nada puede suceder sin Su consentimiento previo.
Para espiritualizarnos, solo necesitamos amar a Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, obedecerlo, hacer Su Divina Voluntad, practicar Sus leyes, mandamientos, ordenanzas, consejos, directrices y principios regulativos, seguir Sus instrucciones, entregarnos a Él y servirle con amor y devoción.
Así, sin duda acumularemos muchas bendiciones en el reino de Dios, que preservaremos para la eternidad.


