Preguntas y respuestas espirituales perfectas
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La ignorancia es la ausencia de información sobre Dios y la verdad existencial.

El falso ego es la fuerza que encadena al alma encarnada a la existencia material, lo que impulsa al ser encarnado a identificarse con su cuerpo y a buscar dominar la materia.

La ignorancia impide a los seres humanos actuar correctamente. También es la causa del error, la ceguera, la perdición, la violencia, la agresión, la criminalidad y el ateísmo. El verdadero culpable de todo esto es la ignorancia.

La función principal del falso ego es fomentar el ateísmo. Cuando un ser olvida su posición natural como alma espiritual y busca la felicidad fuera de sí mismo, desarrolla dos grandes actitudes: primero, se dedica durante mucho tiempo a la acción egoísta, para obtener algún beneficio personal o para satisfacer sus sentidos. Luego, tras agotarse en vano y frustrado por esta búsqueda, que lo deja insatisfecho, emprende el camino de la especulación filosófica y llega a creerse igual a Dios. Esta errónea sensación de ser uno con Dios es la trampa final de la energía material, que mantiene al ser encarnado aprisionado en las cadenas del olvido y lo somete por completo a la influencia del falso ego.

La mejor manera de liberarse de las garras del falso ego es abandonar los hábitos especulativos sobre Dios y acercarse a un auténtico maestro espiritual, un verdadero siervo del Señor, que le revelará toda la verdad.

En efecto, la mente es la causa del aprisionamiento del hombre en la materia, pero también de su liberación. Absorto en los objetos de los sentidos, aprisiona al ser, y desapegado de ellos, lo libera.

Concentrar la mente en Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, trae la liberación suprema.

La mente es la causa del encarcelamiento del hombre en la materia.

La mente puede ser amiga del alma condicionada, pero también puede ser su enemiga. El hombre debe usarla para elevarse, no para degradarse.

La palabra atma se referirá, según el contexto, al cuerpo, la mente o el alma. El yoga pone especial énfasis en estos dos últimos aspectos: la mente y el alma. Dado que la mente es el foco de la práctica del yoga, el término atma solo puede referirse aquí a ella. El objetivo del yoga es dominar la mente, evitar que se apegue a los objetos de los sentidos. Además, como enfatiza nuestro verso, el efecto del yoga debe ser educar la mente para que pueda liberar al alma condicionada de la ignorancia en la que se encuentra atrapada. En la existencia material, todos somos esclavos de la mente y los sentidos; de hecho, esta mente, que nos da una falsa concepción de nosotros mismos, que hace germinar en nosotros el deseo de dominar la naturaleza material, está en el origen del encarcelamiento del alma en el universo material.

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