Aquel que, lleno de fe en este camino imperecedero del servicio devocional, se compromete por completo, haciéndome la meta suprema, es muy querido para Mí.
La persona que nunca está inclinada a la felicidad material, el odio, la aflicción y la ambición, desapegada de toda actividad favorable o dañina del universo de la materia y completamente dedicada a la conciencia de Dios, es muy querida por Krishna.
El devoto que se muestra igual a los llamados amigos y enemigos de este mundo, y que ni el calor ni el frío perturban ningún apego al cuerpo, que no aprueba ningún apego y permanece ecuánime(*), sea respetado o insultado, que permanece siempre serio, satisfecho en toda circunstancia, sin residencia fija pero siempre establecido en la conciencia de Krishna, ésta es infinitamente querida por el Señor.
Incluso sin estar establecidos en una posición tan trascendental, el mero hecho de respaldar tal trascendencia nos hará muy queridos por Krishna.
Está escrito en los Vedas, las escrituras sagradas originales, también llamadas «el verdadero evangelio»:
«Dios no puede manifestarse en un corazón de dolor o ira. Aquel que no causa angustia ni problemas a ningún ser vivo (humano, animal o vegetal), que adopta hacia todos la actitud de un padre hacia sus hijos, y cuyo corazón es puro, ése es aquel a quien el Señor se apresura a colmar con Su gracia.»
Si volvemos a Dios en su reino sublime, infinito y absoluto, se nos revelará nuestra verdadera relación con Él y la viviremos eternamente, inmersos en una felicidad inefable. Una relación de amor y dicha ininterrumpida, permanente, incomparable y eterna.
Entonces, ¿por qué querríamos permanecer en este mundo donde las alegrías son efímeras y los sufrimientos permanentes?
El Señor Supremo ha creado un vínculo sublime de amor y afecto, tan poderoso que es difícil de eliminar.
En verdad, este vínculo amoroso, esta maravillosa relación de amor que nos une a Dios nunca se romperá.
Bienaventurados todos aquellos que renuevan un vínculo sublime de amor con Dios y le sirven con devoción, porque el Señor estará siempre con ellos, dondequiera que vayan.
(*) [Ecuanimidad o ser ecuánime, significa igualdad de alma, igualdad de mente, igualdad de ánimo. Es la disposición emocional de desapego y serenidad con respecto a cualquier sensación o evocación, agradable o desagradable, o cualesquiera que sean las circunstancias, favorables o desfavorables. Es la liberación del apego y la aversión.
Tanto si uno está muy apegado como si está muy desapegado de las cosas de este mundo, ambas actitudes tienen los mismos defectos. El mundo material debe aceptarse por igual, sin apego y sin aversión. De la misma manera, uno debe aceptar todo lo que promueva la conciencia de Krishna, o la conciencia de Dios, y rechazar todo lo que pueda obstaculizarla. Esto es lo que es la ecuanimidad, o ser ecuánime]