Lleva una hermosa ropa de seda amarilla. Su pelo azabache con reflejos azulados es del color de las abejas negras, y sus pendientes en forma de tiburón que brillan como un relámpago realzan la belleza de sus mejillas y embellecen su rostro de loto. Brazaletes de oro adornan sus largos brazos y muñecas, y todo su cuerpo, bien proporcionado y armonioso, recuerda a un árbol primaveral bellamente adornado con muchas clases de flores. Una tela sedosa, tan amarilla como los filamentos del loto, ciñe sus lomos. También lleva al cuello una guirnalda de hermosas flores silvestres de extraordinaria belleza que adornan su amplio pecho, y al exhalar un dulce perfume, un enjambre de abejas en busca de miel las invade zumbando. También lleva un magnífico collar de perlas blancas inmaculadas, pares de brazaletes, bellas pulseras, anillos y campanillas en los tobillos. Lleva hermosos anillos de oro en los dedos.
Las uñas transparentes y rosadas de los dedos del Señor parecen joyas preciosas que han sido pulidas hasta brillar como espejos.
Tres partes de su cuerpo son grandes: su cintura, su frente delicadamente adornada con tilaka y su pecho. Tres son muy profundos: su voz, su intelecto y su ombligo. Cinco partes de su cuerpo son altas, o elevadas: la nariz, los brazos, las orejas, la frente y los muslos. Otros cinco son delgados: su piel, su pelo, la parte inferior de su cuerpo, sus dientes y la punta de sus dedos.
Su complexión, su poder, su voz profunda, que resuena como un trueno, superando el rugido de las nubes recién formadas, todo en Él recuerda al león. El brillo de su majestuoso cuerpo es como el del oro fundido. En cuanto escuchas el sonido espiritual de Su voz, sabes quién es. Así, el sonido ofrece una prueba irrefutable del Señor Krishna, Dios.
El rostro del Señor siempre revela una belleza inefable realzada por una expresión encantadora. Los seres santos que lo contemplan nunca perciben ningún disgusto en Él, y siempre está dispuesto a concederles Sus bendiciones. De hecho, su belleza y magnificencia superan la de todos los seres celestiales, incluso la de Apolo y Cupido, que palidecen en comparación con Él. Sus palabras son muy dulces. Llena a sus compañeras personales, las gopis, (Jóvenes aldeanas, compañeras de Krishna en Vrindavana. Ellos encarnan, por su puro amor a Él, la más alta devoción al Señor), los pastores, su séquito por las dulces vibraciones sonoras de su voz y sus actividades verdaderamente agradables y siempre beneficiosas.
El grácil cuerpo de Krishna siempre dibuja tres líneas curvas. Por eso siempre fascina a todos los que lo miran y se complacen en Él.
La Verdad Absoluta es la fuente de todo progreso espiritual, y es Él quien confiere la liberación. Esta Verdad Suprema y Absoluta es Krishna, Dios, la Persona Suprema. No hay diferencia entre la identidad interior y la forma exterior de Krishna, Dios, la Persona Suprema. Él es el Todo completo y no hay distinción entre Su cuerpo y Su Alma que son Uno.