«Oh MaheÅ›varÄ«, el Señor Supremo, ÅšrÄ« Ká¹›iá¹£hṇa mismo, el Alma misma de ÅšrÄ«matÄ« Rādhārāṇī y el maestro de la creación, el mantenimiento y la aniquilación del universo, desciende a este mundo en la forma del Avatar Dorado». (Ananta-saṁhitā)

Sabiendo que Él [ÅšrÄ« Caitanya o Chaitanya] sería el Avatar para la era de Kali, Gargamuni ya había predicho Su advenimiento en la ceremonia en que Ká¹›iá¹£hṇa recibió Su nombre.

«Este niño [Ká¹›iá¹£hṇa], que ahora aparece con una tez oscura trascendental, afecta a otras tres complexiones -blanca, roja y amarilla- según la edad en que se manifieste».

Blanco, rojo y amarillo -estas son las tres complexiones respectivas del Señor, el esposo de la diosa de la fortuna, cuando Él aparece en las edades de Satya, Tretā y Kali. Así, en la Edad del Cobre, el Señor había aparecido con una forma de piel oscura (azul-negro).

«En la Edad del Cobre, el Señor Supremo aparece en su forma de piel oscura. Vestido de amarillo, lleva sus armas personales y se adorna con la piedra Kaustubah y el Úrîvatsa. Tales son los signos que lo caracterizan».

La religión propia de la era de Kali es difundir las glorias del santo nombre. Y esta es la única razón del advenimiento del Señor en la forma de ÅšrÄ« Chaitanya, el Avatār de tintes dorados.

El Señor aparece a través de las manifestaciones específicas para cada una de las cuatro edades. La Edad de Oro, la Edad de Plata, la Edad de Cobre y la Edad de Kali o de Hierro. Para cada una de estas edades, el Avatar adopta una tez diferente, blanca, roja, azul-negra y amarilla respectivamente. En la Edad del Cobre, por ejemplo, apareció Sri Krishna con una tez azul-negra, y en la Edad de Kali, Sri Chaitanya Mahaprabhu con una tez amarilla. El Señor no debe ser considerado como un Avatar como los demás, sino como la fuente de todos los Avatares.

Krishna afirma que es el Padre de todos los seres, y muestra una bondad infinita. Por eso baja a este mundo, para llamar de nuevo a Sí a las almas caídas, a las almas condicionadas por la materia, para llevarlas de nuevo a su morada eterna, en Su reino, donde volverán a vivir eternamente con Él. Para salvar a estas almas, el Señor Krishna a veces viene Él mismo en Su forma original o como un Avatar. A veces envía a sus sirvientes íntimos, a sus hijos, a sus compañeros o a sus representantes cualificados, los auténticos maestros espirituales.

Todos estos avatares son emanaciones plenarias del Señor, o emanaciones de Sus emanaciones plenarias, pero Sri Krishna es Él mismo Dios, el Señor Supremo en Su forma primordial y original. Siempre que en cualquier parte del universo los malhechores demoníacos crean estragos, el Señor aparece para proteger a Sus devotos.