En realidad, el mal surge de la ignorancia. Desconocimiento de los datos relativos a Dios, la verdad existencial y la verdad absoluta.

El mal absoluto resulta de la ruptura de nuestra relación con Dios y del vínculo con Él, de nuestro deseo de romper todo contacto y relación con Él, de negar Su existencia y supremacía, de no querer obedecerle, de desafiar y rechazar Su autoridad, de envidiarle, de negarse a servirle con devoción y de olvidar la Verdad Absoluta. Krishna, Dios, la Persona Suprema encarna esta Verdad Absoluta, y la ausencia de conciencia de Krishna, también llamada conciencia de Dios, es el mal absoluto.

Desde la perspectiva del mal absoluto, podemos decir «esto es bueno o esto es malo», pero son puras especulaciones mentales relacionadas con la noción corporal de la existencia en el universo material.

El viaje de la vida.

Krishna, Dios, la Persona Suprema es el objetivo último de la existencia, y conocerlo como realmente es debe ser nuestra única meta y preocupación real.

El verdadero propósito del viaje de la vida es volver a Dios.

La pureza es el principio fundamental de la conciencia de Dios, y es esencial para la restauración de nuestra relación eterna con Dios.

No olvidemos que el aspecto primordial e indispensable de la existencia es recuperar nuestra verdadera identidad espiritual.

Nuestra vida debe estar totalmente comprometida con el servicio a Dios.

Debemos desarrollar un profundo amor y afecto por Krishna, Dios, la Persona Suprema, que es la única manera de alcanzar el nivel espiritual donde es posible vivir con el Señor.

Esta es la perfección de la existencia.

El Señor es el sustentador de todo lo que existe.

Por su poder sobrenatural e inconcebible, el Señor Krishna sostiene todo lo que es, todos los seres vivos. Por ejemplo, sostiene los planetas, las estrellas, los sistemas solares y las galaxias en el espacio y su órbita.

Él es el apoyo y la guía de la humanidad, el verdadero protector y sostenedor de los seres vivos, los seres celestiales, los habitantes de los planetas edénicos y paradisíacos, los seres humanos, los animales y las plantas.

El Señor Krishna protege de todos los peligros y apoya a su devoto y al devoto mismo.