Los sentidos materiales crean actividades materiales, piadosas o pecaminosas, y los atributos y modos de influencia de la naturaleza material (virtud, pasión e ignorancia) ponen en movimiento los sentidos materiales. La entidad viviente, totalmente comprometida por los sentidos materiales y los modos de influencia de la naturaleza, experimenta los diversos resultados del trabajo fructífero. Mientras la entidad viviente crea que los atributos y modos de influencia de la naturaleza material tienen existencias separadas, se verá obligada a nacer en muchas formas diferentes y experimentará diversas existencias materiales. Por lo tanto, la entidad viviente permanece completamente dependiente de las actividades fructíferas bajo los modos de influencia de la naturaleza material.

El alma condicionada que permanece dependiente de las actividades fructíferas bajo los modos de influencia de la naturaleza material seguirá temiéndome a Mí, la Persona Suprema, ya que Yo impongo los resultados de sus actividades fructíferas. Aquellos que aceptan el concepto material de la vida, considerando la diversidad de los modos de influencia de la naturaleza material como un hecho, se dedican al disfrute material y, por lo tanto, están siempre absortos en la lamentación y la tristeza. Cuando hay agitación e interacción de los atributos de la naturaleza material, las entidades vivientes entonces me describen de diversas maneras como el tiempo todopoderoso, el Ser, el conocimiento védico, el universo, la propia naturaleza, las ceremonias religiosas y así sucesivamente.

El camino de la purificación.

En efecto, el primer requisito para participar en el servicio de amor y devoción que se ofrece a Dios es cooperar de buen grado con quienes ya están comprometidos en el servicio devocional y, por supuesto, ofrecerlo todo al Señor. De este modo, el postulante aprenderá gradualmente los diversos principios que rigen el servicio devocional y, a medida que progrese en esta disciplina, se liberará proporcionalmente de la contaminación debida al contacto con la materia. Habiendo fortalecido su fe por este camino de purificación, entonces se elevará al punto de desarrollar un gusto espiritual, seguido de una genuina atracción por el servicio devocional. Su convicción le llevará así al estadio del éxtasis, que precede al del amor espiritual y absoluto.