Servicio devocional ofrecido a Krishna
En verdad, el servicio devocional, o servicio de amor y devoción, es la manifestación del amor de uno por Krishna, Dios, la Suprema Persona Soberana.
El Señor Supremo dice:
Aquel que apega su mente a Mi Forma personal, y siempre se dedica a Mi adoración, lleno de ardiente fe espiritual, a ese lo considero el más perfecto. En cuanto a aquellos que se dedican enteramente a lo no manifestado, lo indefinido, inconcebible, inaccesible a los sentidos, omnipresente, fijo, inmutable
[el concepto impersonal de la Verdad Absoluta], aquellos cuya adoración consiste en dominar los sentidos, ser iguales a todos y trabajar por el bien universal, también Me alcanzan finalmente. Para ellos, sin embargo, cuyas mentes están atadas a lo no manifiesto, al aspecto impersonal del Absoluto (al aspecto impersonal de Krishna), el progreso será muy doloroso. Avanzar por este camino es siempre difícil para el ser encarnado.
Para aquellos que Me adoran, Me entregan todas sus acciones y se consagran a Mí sin división, absortos en el servicio devocional y meditando constantemente en Mí, para ellos Yo soy el Libertador que pronto los arrebatará del océano de muertes y renacimientos.
Simplemente fija tu mente en Mí, Dios, la Persona Suprema, y deposita toda tu inteligencia en Mí. Así, no hay duda de que siempre vivirás en Mí. Si no puedes fijar tu mente en Mí sin fracasar, observa los principios reguladores del servicio devocional.
Si, por el contrario, no puedes someterte a los principios reguladores del servicio devocional, entonces trata de dedicar tus obras a Mí, pues actuando para Mí, alcanzarás el estado perfecto.
Y si ni siquiera puedes actuar en esa conciencia, entonces esfuérzate por renunciar a todos los frutos de tus actos, y en el alma establecer tu conciencia.
Pero si tampoco puedes doblegarte a esta práctica, entonces cultiva el conocimiento. Superior al conocimiento, sin embargo, es la meditación, y superior a la meditación es la renuncia a los frutos de las acciones, pues esta renuncia puede conferir toda la paz a la mente.
Aquel que no tiene envidia de nada, que se comporta con todos como un amigo benévolo, que se cree poseedor de nada, que está libre del falso ego (es decir, de identificarse con su cuerpo, de dominar la materia y la naturaleza material) y tanto en la alegría como en la tristeza sigue siendo el mismo, que, lleno de perdón, conoce siempre el contentamiento, que está resueltamente ocupado en el servicio devocional, y cuya mente e inteligencia están en sintonía Conmigo, es muy querido por Mí.