Comer carne animal provoca enfermedades.
Comer carne, pescado y huevos no sólo perjudica a los animales terrestres y acuáticos, sino que también hace un gran daño a todos los que consumen su carne, o sus cadáveres como dijo Jesús. Comer carne de animal implica un riesgo para la salud humana, que incluye graves consecuencias para el sistema digestivo y un mayor riesgo de contraer una enfermedad mortal.
Hoy en día, en medio de una sucesión de sorprendentes descubrimientos médicos y científicos, se ha demostrado que comer carne animal provoca muchas enfermedades. En una gran mayoría de personas, por no decir tres cuartas partes, las vísceras se bloquean y los dientes se rompen.
Un estudio realizado por científicos de la Escuela de Salud Pública de Harvard recuerda que comer demasiada carne, sobre todo carnes rojas, embutidos y otras carnes procesadas, se asocia a un riesgo de mortalidad y de enfermedades crónicas importantes, sobre todo coronarias. Al hacer un seguimiento de la salud de 43.000 hombres a lo largo de 30 años, el estudio también demuestra que la sustitución de la carne roja, aunque sea una vez al día, por alimentos vegetales de calidad [cereales integrales, legumbres, frutos secos] reduce el riesgo de enfermedades cardíacas.
El consumo, y para algunos el consumo excesivo, de carne, especialmente de carne roja, aumenta el riesgo de ciertas enfermedades (como el cáncer de colon, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad o la diabetes de tipo 2). Los vínculos entre el consumo de carne roja y estas enfermedades crónicas fueron proporcionados por la Anses (Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, el Medio Ambiente y el Trabajo) en su último informe.
La OMS ha clasificado oficialmente la carne roja como un probable carcinógeno humano, y las carnes procesadas (embutidos, nuggets, corned beef, cordon bleu, etc.) como un carcinógeno humano definitivo.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) está de acuerdo, afirmando que el consumo excesivo de carne roja [ternera, cerdo, cabra, cordero], y de embutidos [salchichas, jamón curado, tocino, etc.], aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. Esto se debe a que el hierro hemo que contienen favorece la peroxidación de los lípidos, lo que conduce a la formación de aldehído, un compuesto perjudicial para el ADN y las células.
Por otro lado, se dice que los nitritos, un aditivo que da al jamón su color rosa, conducen a la formación de compuestos N-nitrosos [nitrosaminas o nitrosamidas], que son cancerígenos.
Además, las grasas saturadas de la carne también tienden a obstruir las arterias y favorecen las enfermedades cardiovasculares.