La segunda fuente es el ego falso o ego material. El ego falso es la fuerza que encadena al ser encarnado a la existencia material. Esta fuerza, que impulsa al ser encarnado a identificarse con su cuerpo y a buscar dominar la materia, está en el origen del condicionamiento del ser a la materia. Las tres formas del ego falso son: el dominio de la naturaleza material, la identificación con el propio cuerpo y el acaparamiento de todas las posesiones materiales.

La función principal del ego falso es hundir al ser en la ignorancia y fomentar el ateísmo.

Tres puertas abren al infierno: la lujuria, la ira y la codicia. Que toda persona cuerda las cierre, pues conducen al alma a su destrucción. Estos son los orígenes de la vida demoníaca.

El hombre busca satisfacer su lujuria; si no lo logra, surgen la ira y la codicia. Por lo tanto, una persona cuerda que no quiera caer en formas demoníacas debe intentar librarse de estos tres enemigos capaces de «matar» y asfixiar el alma, hasta el punto de privarla de cualquier posibilidad de liberarse de las trampas de la existencia material.

La vida sexual es la raíz de la esclavitud material, pues obliga al alma a reencarnar e impide su entrada al mundo espiritual. Por eso el Señor nos aconseja abstenernos, especialmente si deseamos poner fin al ciclo de reencarnaciones y entrar en su reino eterno.

Quien ofenda a una gran alma sufrirá, y quien blasfeme contra Dios será severamente castigado.

Quien blasfeme contra Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, será castigado. Nunca se debe adorar ni venerar al Señor Krishna de forma hostil, pues de lo contrario se será castigado al menos durante una vida para purificarse. Así como no se debe provocar la propia muerte abrazando a un enemigo, un tigre o una serpiente, tampoco se debe blasfemar contra Dios, la Suprema Personalidad de Dios, y convertirse en su enemigo, so pena de ir al infierno.

Entendamos que incluso un enemigo del Señor puede salvarse, y mucho menos su amigo. Por lo tanto, abstengámonos de blasfemar contra Krishna o cualquiera de sus emanaciones plenarias, pues ellos y Krishna son uno en pensamiento, palabra y obra. Quien lo haga irá al infierno junto con sus antepasados.

El Señor Krishna declara al respecto: A los envidiosos y malhechores, a los más bajos de los hombres, los sumerjo en el océano de la existencia material en diversas formas de vida demoníaca. Estas personas, al renacer vida tras vida entre las especies demoníacas, jamás podrán acercarse a Mí. Poco a poco, se hunden en la condición más abominable.