¿Por qué Krishna, Dios, la Persona Suprema, permite que sucedan estas cosas?
Entendamos, en verdad, que no estamos en nuestra verdadera morada, en el mundo real. Todos, sin excepción, venimos de otro mundo, el espiritual, donde la vida es eterna, la felicidad total e ininterrumpida y el sufrimiento no existe. Los sufrimientos de este mundo material tienen por objeto hacernos conscientes de que la felicidad no existe en este mundo, porque es un universo de sufrimiento, y que debemos buscar imperativamente a Dios, dirigirnos a Él, que es el único que puede ofrecer la verdadera felicidad a quienes la desean, en su reino de conocimiento, dicha y eternidad. Sepamos que Krishna, Dios, la Persona Suprema es el objetivo último de la existencia.
Es la ignorancia de los hechos sobre Dios, Su palabra divina, Su sublime enseñanza y la existencia real, lo que impide a los seres humanos comprender todo lo relacionado con la verdad y actuar correctamente.
La ignorancia es la causa del extravío, la ceguera, la perdición, la violencia, la agresión, la criminalidad, el materialismo, la atracción por el placer efímero de los sentidos y el ateísmo de todos los seres vivos.
Observemos todos escrupulosamente las directrices de Dios, pongámoslas en práctica y no hagamos daño a nadie, a ningún ser humano, a ningún animal terrestre o acuático y a ninguna planta.
El covid-19 es una advertencia que Dios hace a toda la humanidad, por la que pide a los seres humanos que dejen de abortar, que dejen de hacer sufrir a los animales terrestres y acuáticos en los distintos criaderos, que dejen de sacrificar a los animales en los distintos centros de muerte, que cierren los mataderos, las piscifactorías, la acuicultura, las ostras y los mejillones, la pesca industrial y artesanal, las pescaderías, las carnicerías, para detener de inmediato la masacre de seres acuáticos en alta mar, todas las especies incluidas, provocada por los arrastreros de diferentes tamaños y otras fábricas flotantes, que arrasan con todo, y para prohibir a los pescadores individuales la pesca en el mar, así como la pesca artesanal e individual en los ríos.
En verdad, todos los seres vivos, humanos, animales y vegetales, como seres espirituales encarnados en estos diferentes cuerpos materiales, se derivan originalmente de la misma fuente Divina, Dios. Todos ellos pertenecen a la energía marginal del Señor.
Por eso debemos aprender a ver a todos los seres que nos rodean como almas espirituales, fragmentos y partes infinitesimales del Señor Supremo, encarnados en diferentes cuerpos.
El ser virtuoso debe ofrecer sus respetos a todo ser unido al Señor por una relación personal. Dado que todos los seres tienen originalmente una relación de amor con el Señor, como fragmentos infinitesimales de Su Persona debemos esforzarnos por verlos a todos como iguales, espiritualmente hablando.
En verdad, el sabio erudito ve con el mismo ojo al virtuoso y al marginado, así como al cerdo, al perro, a la vaca o a la brizna de hierba. Sus ojos no se detienen en el cuerpo material, que es sólo la envoltura del alma. No ve la vestimenta (cuerpo) del sabio, del ser humano, de la vaca, del cerdo o de la brizna de hierba; ve directamente el alma espiritual, que es parte integrante del Señor Supremo.
Existen diferencias corporales entre las distintas variedades de seres vivos, pero el santo virtuoso no debe distinguir entre los seres vivos sobre esta base. Debe adquirir la visión de que tanto el alma espiritual individual como el Alma Suprema (Dios) están igualmente presentes en cada cuerpo material y en todas las especies.
Por eso no debemos dañar a todos los seres vivos, humanos, animales y vegetales. Debemos amarlos a todos con igual amor, pero especialmente debemos proteger a todos los animales sin excepción, y a todas las plantas en toda su diversidad. Debemos entender que no tenemos enemigos.