Advertencia a los seres humanos.

Dios tiene el poder absoluto, sólo Él gobierna todo. El hombre realmente no tiene poder, pero no es consciente de ello.

La pandemia que actualmente hace estragos en la tierra es una advertencia de Dios a los seres humanos. Su orden es: «Dejen de abortar, dejen de sacrificar animales y dejen de comer carne, pescado y huevos.»

Si todos los gobiernos y todos los seres humanos del mundo no se deciden ahora a obedecer a Dios y a aplicar sus leyes, sus preceptos, sus mandatos divinos, y a no dañar a ningún ser vivo en ningún lugar del mundo, a todos los seres humanos, a todos los animales terrestres y acuáticos, y a todas las plantas en toda su diversidad, porque todos tienen derecho a vivir, entonces se producirá otra pandemia aún más dramática, que hará aún más estragos poniendo fin a la economía materialista, cerrando todos los mataderos y estanques de cría, deteniendo la venta de alcohol y todos los productos que lo contengan, bloqueando la venta y el consumo de drogas y productos excitantes como los cigarrillos, el café, el té, poniendo fin a la matanza de todos los animales inocentes, y cerrando definitivamente todos los puntos de venta de carne, pescado, huevos y todos los mariscos

Esta vez obligará a toda la humanidad a cambiar su orientación, a seguir y poner en práctica los consejos y directrices de Krishna, Dios, la Persona Suprema.

Desde tiempos inmemoriales, Dios nos ha pedido que no matemos a los seres humanos ni a los animales y que no destruyamos las plantas. Pero también nos pide que no comamos carne, pescado y huevos.

El Señor Supremo dice: «He aquí que os doy toda la vegetación que da semilla en toda la faz de la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla, será tu alimento.»

El Señor lo deja claro: «será tu alimento».

Verdaderamente, Krishna, Dios, la Persona Suprema, el Señor Soberano, nunca ha dicho: «Puedes comer carne, pescado y huevos».

Tampoco dijo nunca: «Podéis comer la carne de ciertos animales, sólo los que son puros».

Los que afirman que el Señor dijo estas cosas son mentirosos, descreídos demoníacos, que se atreven a ofender a Dios y a faltarle al respeto con estas falsas palabras. Por otro lado, desvían a las personas, llevándolas en la dirección equivocada, hacia la oscuridad y la perdición. No sólo no entrarán nunca en la tierra prometida, sino que además irán al infierno y nunca saldrán.