A él se vinculan cuatro problemas: debemos alimentarnos, encontrar cobijo, reproducirnos y enfrentar el miedo.
Es este último punto, donde surge el miedo, el que más nos acosa. Sin darnos cuenta del próximo obstáculo que se interpondrá frente a nosotros, estamos constantemente inmersos en el miedo. Toda la existencia material es una serie de obstáculos, y por eso surge constantemente el problema del miedo. Tiene su origen en nuestro contacto con la energía ilusoria del Señor, un aspecto de la energía externa, también llamada maya. Ahora bien, esta condición miserable termina tan pronto como vibran los Santos Nombres del Señor, las dieciséis palabras que son su representación sonora, que fue cantada por el Señor Caitanya Mahaprabhu, el Avatar Dorado:
El Señor Krishna nos aconseja: «Ponme en tu mente.
Así en Mí, Krishna, en mi forma personal, siempre absorbe tus pensamientos sin fallar. Dedicando a Mí todas vuestras acciones, volviendo hacia Mí vuestra mente y vuestra inteligencia, sin duda llegaréis a Mí.
El que siempre se acuerda de Mí, el Señor Supremo, y medita en Mí sin desviarse del camino, sin duda viene a Mí.
piensa siempre en Mí, vuélvete mi devoto, ofréceme tu homenaje y dedícame tu adoración, y seguramente vendrás a Mí. Te lo prometo».
El canto de los Santos Nombres del Señor Supremo lo permite.
El canto de los Santos Nombres del Señor Supremo, Krishna, permite al devoto de Dios fijar su mente en el objeto de su adoración, es decir, el Señor Supremo, en una u otra de sus formas personales (Krishna, Rama, Narayana…).
Esta práctica constante lo purifica y le permite, al final de su vida, ser transportado al reino de Dios. Si es necesario imponer a la mente el pensamiento de Krishna, es porque es febril e inestable por naturaleza. Así como a fuerza de pensar en la metamorfosis que desea, la oruga, en su única vida, se convierte en mariposa. El ser humano, a fuerza de pensar en Krishna, tiene la seguridad de adquirir, al final de su vida, los mismos atributos corporales que Krishna.
El que canta constantemente el Santo Nombre de Dios podrá, en la hora de la muerte, volver a Dios.
El canto de los Santos Nombres de Dios es fuente de muchos beneficios espirituales. Pero cantar el himno de los Santos Nombres sin respetar los principios regulativos es como encender un fuego y luego echarle agua.