El alma pura vive siempre en la morada de Dios, ya que su cuerpo es su templo divino.
El Señor dice al efecto: «Los seres vivientes sufren, en todas las galaxias, y vida tras vida, las consecuencias de sus propios actos egoístas. Entre ellos, algunos pueden ser influenciados por el contacto de almas puras y, habiendo desarrollado así cierto gusto por el servicio devocional, logran participar en él. Este deseo inicial es la semilla del servicio devocional, y se aconseja a quien tenga la fortuna incomparable de recibir esta semilla que la siembre en lo profundo de su corazón. Entonces, así como se riega una semilla para que crezca, el ser santo deberá cultivarla escuchando y cantando los Santos Nombres y los entretenimientos del Señor. Así alimentada, la semilla se transforma poco a poco en hiedra, y el ser santo, actuando como un jardinero, continúa regándola escuchando y cantando constantemente las glorias del Señor. La hiedra llega a crecer tanto que atraviesa toda la galaxia material y entra al mundo espiritual, continuando su curso hacia esferas cada vez más altas, hasta llegar al planeta del Señor Supremo “Goloka Vrindavana”. El santo jardinero está pues en contacto con la morada del Señor aun cuando habita la galaxia material, gracias al servicio devocional que ofrece por el simple hecho de escuchar y cantar sus glorias divinas. Así como una hiedra ordinaria se apoya en un árbol más poderoso que ella misma, la hiedra del servicio devocional, alimentada por el ser santo, encuentra refugio en el Señor y se apega a él. Así fijada, comienza a dar frutos, y el jardinero que la ha cuidado puede saborear estos frutos de amor, alcanzando la perfección de su existencia».
Dejemos ahora de dominar la naturaleza material, si no queremos seguir reencarnándonos perpetuamente.
La naturaleza material es en realidad la energía externa de Krishna, Dios, la Persona Suprema, también llamada energía material. La energía material del Señor es más conocida por su aspecto de naturaleza material. Actúa bajo la autoridad de Dios.
En verdad, es sólo el deseo de dominar la naturaleza material lo que ha llevado al alma espiritual a sumergirse en ella. De hecho, es sólo su deseo de dominar la naturaleza material lo que la pone en condiciones indeseables.
La naturaleza material es la causa original de todos los actos materiales y de sus consecuencias, por lo que no cometamos el error de atribuir su paternidad a los hombres. El ser espiritual individual, distinto de Dios, encarnado en un cuerpo material determinado, que cada uno de nosotros es en realidad, es la causa de los diversos placeres y sufrimientos que experimenta en este mundo.