No bebamos otra cosa que no sea agua, almíbar, limonada, zumo de frutas, leche, yogur cremoso, etc., pero sobre todo nada de alcohol, no comamos otra cosa que no sean cereales integrales, legumbres, oleaginosas, frutas, cremas vegetales, queso, etc. pero sobre todo nada de carne, pescado o huevos, sin antes ofrecérselos a Krishna, Dios, la Persona Suprema.

Ofrézcamosle también el fruto de todas nuestras obras, de nuestro día, de nuestra existencia, de nuestra vida, en fin, de todo lo que hacemos y poseemos, para que vivamos constantemente en la pureza, y nuestros pensamientos, palabras y acciones no engendren de este hecho, sin efecto ni consecuencia.

Obedezcamos a Dios, hagamos su única voluntad y cumplamos sus leyes y mandamientos. Pero si queremos vivir en santidad, apliquemos al pie de la letra los principios reguladores espirituales del Señor Supremo, cuyo tenor es el siguiente:

No comerás carne, pescado ni huevo.

No tendrás relaciones sexuales ilegales fuera del matrimonio.

No tomarás ninguna droga, ni ningún producto excitante o intoxicante, como alcohol, cigarrillos, café o té.

No jugarás ningún juego de azar y dinero.

Nuestra existencia será entonces un éxito, y perfecta, porque está anclada en la pureza.

[Para saber mucho más sobre este tema, consulte el libro «No mates, y no comas carne de animales»]

La verdadera protección viene sólo de Dios.

El Señor dice:«Abandónate a Mí. Por Mi gracia, conocerás la paz absoluta, y alcanzarás Mi morada eterna y suprema. Abandónate a Mí y te protegeré de todos los peligros.

Concedo fe y refugio a todo aquel que se entrega a Mí y jura servirme para siempre, pues tal es Mi naturaleza. Si alguien se convierte en Mi devoto y se abandona plenamente a Mí, le presto una atención especial.

Prometo, y Me lo debo a Mí mismo, proteger siempre a cualquiera que se entregue enteramente a Mí».

No es aconsejable buscar protección contra todos los peligros, desgracias o peligros por nuestros propios medios, apelando a diversas vacunas o a unas pocas personas poderosas de este mundo material, pues sus acciones son efímeras y limitadas.