¿Por qué Dios permite el sufrimiento?
En verdad, Dios no quiere que suframos, sino por nuestro individualismo, nuestro deseo desenfrenado de desarrollar el placer de los sentidos, nuestro deseo de trabajar constantemente en el materialismo, de aumentar nuestros bienes materiales y establecer nuestro poder, de nuestro deseo de ignoramos a sabiendas que nuestros pensamientos, palabras y actos generan efectos que a su vez provocan consecuencias negativas que, a la larga, pueden hacer sufrir a los demás, y de nuestro irrespeto y no aplicación de los preceptos y mandamientos divinos, el sufrimiento es útil y necesario, porque nos permite recuperar la razón, dejar de actuar irresponsablemente y modificar nuestro comportamiento aplicando las prescripciones bíblicas de los Vedas, las sagradas escrituras originales.
Es a través del sufrimiento que el hombre borra sus faltas, que reduce el número de pecados acumulados, que puede tomar conciencia del dolor que engendran sus actos culposos, y así llevarlo a tomar la resolución de no volver a empezar jamás.
El Señor concluye diciendo: «Después de haber pasado por todas las condiciones del sufrimiento infernal y de haber experimentado en el orden natural las formas más bajas de la vida animal, el ser espiritual, habiendo purgado así sus faltas, renace de nuevo en forma humana en esta tierra.»
Enfermedades de naturaleza espiritual.
En verdad, el ser humano está sujeto a dos clases de enfermedades. La primera es de naturaleza material, y la segunda, la principal, es de naturaleza espiritual.
En realidad, la causa de todas las enfermedades es de origen espiritual. Y la causa principal es el olvido de nuestra relación amorosa con Krishna, Dios, la Persona Suprema.
Las enfermedades materiales del alma espiritual son aquellas cuyo karma es el agente transmisor, es decir, las que pasan del cuerpo que el alma tuvo en su vida anterior, al cuerpo en que se reencarnó.