Quien está sumergido en la oscuridad total no puede saber cuál fue su vida pasada ni cuál será su próxima vida. Solo le interesa su cuerpo actual. Incluso si tiene una forma humana, el que está influenciado por la ignorancia y que sólo se preocupa por su cuerpo material no vale mucho más que un animal. De hecho, el animal prisionero de la ignorancia cree que la mayor felicidad y el objetivo final de la vida es comer tanto como sea posible. El hombre debe ser educado de tal manera que comprenda cuál fue su vida pasada y cómo puede mejorar su condición futura. Aquel que sólo está interesado en su cuerpo presente y busca disfrutar de sus sentidos tanto como sea posible, se revela a sí mismo que está abrumado por la influencia de la ignorancia, su futuro será sombrío. De hecho, el futuro es siempre sombrío para aquellos que caen presa de la ignorancia flagrante. Especialmente en la era en la que vivimos, la sociedad está influenciada por la ignorancia, de modo que todos consideran su cuerpo presente como lo único importante, sin ninguna consideración del pasado o el futuro de los cuales ignoran los misterios.

¿Sabes que los datos relativos al karma y a la reencarnación fueron suprimidos de los dogmas cristianos por orden del emperador Justiniano?

Nuestros sufrimientos, cualesquiera que sean, son las consecuencias de los actos culpables que cometimos en nuestra vida anterior. Quien obra mal de cualquier manera sufrirá a su vez exactamente lo mismo en su próxima encarnación. Podemos ocultar cosas a los hombres, pero a Dios es imposible, porque Él lo ve todo y lo sabe todo sobre nosotros.

La reencarnación es una realidad, como demuestran estos seis escritos.

El Señor Supremo dice: «He aquí, Yo mismo os enviaré al profeta Elías antes que venga el día grande y terrible del Señor.» (Malaquías 3:23)

Jesús dijo: «Y si quieres creerme, Juan, era Elías el que había de volver.» (Mateo 11:14)

Jesús añade: Si alguien habla contra el Hijo del hombre, recibirá el perdón. Pero si habla contra el Espíritu Santo, no recibirá perdón ni en esta vida ni en la venidera. (Mateo 12:32)

El Eterno dice: «En el momento de la muerte, el alma toma un nuevo cuerpo con la misma naturalidad con que pasó al anterior, desde la infancia a la juventud y a la vejez. Este cambio no perturba a quien es consciente de su naturaleza espiritual.»

El Supremo Eterno añade: «Todo hombre se entrega a diversos actos, sean o no conformes a las escrituras reveladas. Pero sepan que si uno utiliza el fruto de tales actos para adorarme en conciencia de Krishna, será inmediatamente bendecido con una felicidad que continuará en esta vida y en la siguiente, tanto en este mundo como en el otro. No hay duda de ello.»