Aprendamos a Conocer al Padre Eterno
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Tranquilizados por Sri Krishna, todos los habitantes de Vrindavana avanzaron bajo la gran colina, ahora seguros para ellos, sus propiedades y sus animales. Las personas y los animales de Vrindavana permanecieron bajo la colina durante toda una semana, sin experimentar hambre, sed ni ninguna otra molestia. Se asombraron al ver a Krishna sosteniendo la montaña con la punta del dedo meñique de su mano izquierda. En cuanto a Indra, rey de los planetas edénicos, vio la extraordinaria naturaleza de los poderes sobrenaturales de Krishna y quedó aturdido, y su determinación recibió un golpe mortal. Rápidamente llamó a todas sus nubes y les ordenó que se retiraran. El cielo se despejó, el sol volvió a brillar y los violentos vientos amainaron. Entonces Krishna, Dios, la Persona Suprema, ahora conocido como el que levantó la colina de Govardhana, dijo:

«Queridos pastores, ya podéis marcharos y llevaros vuestras mujeres, hijos, vacas y riquezas: todo ha terminado. La inundación ha cesado, y las aguas crecidas de los ríos están retrocediendo».

Todos los hombres cargaron sus pertenencias en carros y abandonaron lentamente el lugar, seguidos por sus vacas. Cuando el lugar estuvo completamente despejado, Sri Krishna, con gran cuidado, volvió a colocar la colina de Govardhana como antes. Entonces todos los habitantes de Vrindavana corrieron hacia Él y lo abrazaron en gran éxtasis. Las gopis (jóvenes de la aldea), naturalmente llenas de afecto por el Señor, le ofrecieron queso fresco con sus lágrimas mezcladas, y derramaron un incesante flujo de bendiciones sobre Él. Madre Yasoda, Madre Rohini, Nanda y Balarama, el Poderoso de los Poderosos, uno tras otro abrazaron a Krishna, y en un sentimiento espontáneo de afecto, lo bendijeron una y otra vez. En varios planetas edénicos, Siddhaloka, Gandharvaloka y Caranaloka…, los seres celestiales también manifestaron su plena satisfacción, derramando flores sobre la superficie de la tierra, soplando en sus caracolas. Se oyó sonar el tambor, e inspirados por los sentimientos divinos, los habitantes de Gandharvaloka comenzaron a tocar sus tamburas para el placer del Señor. Finalmente, Dios, la Persona Suprema, rodeado de Sus amigos y bestias, todos queridos por Su corazón, regresó a Su hogar. Como es su costumbre, las gopis cantaron entonces los gloriosos agasajos de Sri Krishna, y pusieron toda la fuerza de sus sentimientos en sus voces, pues les salía del corazón.

El Señor Krishna se traga el fuego del bosque.

Mientras Krishna, Balarama (la primera emanación completa de Krishna, que había venido a desempeñar el papel de hermano mayor) y sus amigos estaban absortos en sus juegos, las vacas, a las que ya no prestaban atención, se pusieron en marcha, atraídas por la hierba fresca, y se adentraron cada vez más en el bosque. Junto con las cabras y los búfalos, vagaron de bosque en bosque y finalmente llegaron al bosque conocido como Isikatavi. En este bosque abundaba la hierba verde, que tentaba a las bestias; pero apenas entraron en el recinto, se encontraron rodeados por un inmenso fuego que asolaba el bosque: empezaron a bramar con fuerza.

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