Aprendamos a Conocer al Padre Eterno
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Krishna nos dice: «Hay otro beneficiario en el cuerpo que trasciende la materia. Este es el Señor, el Supremo Poseedor, Testigo y Consentidor, que es llamado el Alma Suprema».

Dios nos revela que Él reside en el corazón de cada ser viviente en la forma del Alma Suprema, y que Él es testigo y supervisa (consiente) las acciones egoístas del alma individual. El Alma Suprema, a diferencia del alma individual, no busca disfrutar de los frutos dulces o amargos del cuerpo material. No le interesan los placeres materiales de la existencia material. Su acción es dar testimonio de las actividades del alma individual y recompensarla según sus méritos, es decir, según los frutos de sus acciones interesadas. Al elegir venir al mundo material en un intento de ser beneficiario, el alma individual rompe su relación íntima con el Señor, y por lo tanto queda en deuda con Él por sus acciones, y cae bajo el control del karma y la reencarnación.

El Señor está presente en el corazón del alma individual a través del vínculo de amor que lo une eternamente a ella. Le acompaña durante sus largas andanzas por el mundo material con el único fin de ayudarle a regresar a su verdadera morada en el mundo espiritual. Al mismo tiempo, el Señor respeta completamente su independencia y libertad (por muy relativas que sean) y le ayuda a cumplir sus deseos, ya que sin su apoyo y supervisión, el ser vivo seguiría sin poder realizar nada.

Esta dependencia de los seres vivos del Señor Supremo se entiende fácilmente, porque la energía material es una de las poderosas energías del Señor, y por lo tanto depende para su acción de Su voluntad y dirección y no de la de ellos, como a menudo piensan bajo la influencia de la ilusión.

Krishna, Dios, la Persona Suprema, añade: «Yo estoy en el corazón de todos los seres y dirijo las andanzas de todos, cada uno de los cuales es como una máquina hecha de energía material».

Krishna ha enseñado que el individuo no representa todo lo que es. Él mismo, Dios, la Persona Suprema, el Alma Suprema, habita en los corazones de todos los seres y los dirige. El ser individual cambia su cuerpo y olvida sus actos pasados, pero el Alma Suprema, que conoce el pasado, el presente y el futuro, da testimonio de sus actos. Las almas condicionadas son así dirigidas en todos sus actos por el Alma Suprema. Bajo la guía del Alma Suprema obtienen lo que merecen, bajo su guía son llevados por la máquina que es el cuerpo, hecho de energía material. En cuanto el ser se coloca en un cuerpo, tiene que actuar según los condicionamientos de ese cuerpo. Un hombre que conduce un coche rápido irá más rápido que otro menos dotado, aunque los dos conductores tengan la misma fuerza, la misma naturaleza, como seres vivos. Del mismo modo, bajo la orden del Ser Supremo, la naturaleza material moldea un cuerpo particular para un ser concreto, que le permite actuar según los deseos de su vida anterior. Los seres no tienen total independencia. Nadie debe creerse

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