Por lo tanto, su cuerpo espiritual y el resplandor deslumbrante que emana de él son uno solo, razón por la cual se dice de Dios: «Él es Infinito y Absoluto». Este resplandor omnipresente hace posible la creación de toda la galaxia mediante la fuerza de su poder potencial; por eso todo lo que existe reside en él.
Este resplandor deslumbrante, ilimitado e insondable, que es, en cierto sentido, el germen primordial de la creación, encuentra su fundamento en el Señor Krishna. Por lo tanto, el Señor Krishna es la causa suprema y absoluta de toda la creación.
El Señor crea mediante sus innumerables energías. Así como una pequeña semilla contenida en el fruto del baniano tiene el poder de crear un árbol inmenso, el Señor, mediante el poder de su resplandor, disemina semillas de infinita variedad, que serán «cuidadas» por seres como Brahma para que florezcan. Este último no puede crear semillas, pero sabe cómo hacer que el árbol brote de ellas, tal como un jardinero riega y cuida las plantas y árboles de su huerto para estimular su crecimiento.
Por lo tanto, el Señor Krishna es verdaderamente la causa original y absoluta de la creación, la causa de todas las causas.
Cada galaxia representa a Krishna impersonalmente, pues los elementos que la componen, su interacción y el beneficiario, el ser individual, provienen de las energías externas e internas del Señor Krishna.
Los elementos de tierra, agua, fuego, aire y éter, así como el falso ego o la autoidentificación con el cuerpo, la inteligencia y la mente, provienen de la energía externa del Señor. En cuanto al ser individual, distinto del Señor Krishna, que se beneficia de la interacción de estos elementos etéreos y materiales, propiciada por el tiempo eterno, nace del poder interno y de la libertad de habitar tanto en el mundo espiritual como en el universo material.
En la galaxia material, sin embargo, el ser individual, distinto de Krishna, cae presa del poder ilusorio, de la ignorancia, mientras que en el mundo espiritual, experimenta su condición espiritual natural, sin el más mínimo rastro de ilusión.
El ser individual y distinto de Dios representa la energía marginal del Señor, pero sean cuales sean las circunstancias, ni los elementos materiales ni los diminutos fragmentos espirituales (nosotros) son independientes de Krishna, Dios, la Persona Suprema, pues toda manifestación perteneciente a la energía externa, interna o marginal, se origina en el mismo resplandor del Señor.
Todas las manifestaciones fenoménicas, y con ellas, el resplandor que emana del cuerpo espiritual y absoluto de Krishna, representan su aspecto impersonal, es decir, sin forma, mientras que él mismo se encuentra eternamente situado en su forma trascendental, con todo conocimiento, dicha y eternidad, más allá de todos los conceptos ligados a los elementos materiales mencionados anteriormente.


