Habiendo olvidado su relación con Krishna, el Señor del mundo espiritual, las almas condicionadas no son conscientes de esta verdad elemental y por ello planean vivir permanentemente en el universo material. Engañadas por la energía externa del Señor, se dedican a diversas prácticas religiosas y a diversas formas de desarrollo económico, olvidando que su único deber es regresar a su morada original, con Dios.
Este olvido, debido a la influencia de la energía externa del Señor conocida como energía material, es tan profundo que las almas condicionadas ya no tienen el menor deseo de regresar a Dios.
No hay nada irreal, falso o ilusorio en la creación material, pero esta manifestación temporal existe con el único propósito de permitir que las almas condicionadas regresen a Dios.
También el deseo de entregarse completamente a Krishna, Dios, la Persona Suprema, de volver a Él para servirle con amor y devoción, y los esfuerzos realizados en esta dirección corresponden al camino correcto. Por tanto, el hombre debe vivir con el único fin de volver a Dios, en su morada original, para no tomar más un cuerpo efímero, cualquiera que sea, agradable o no, poniendo así fin al ciclo de las repetidas reencarnaciones en este mundo material.
Tal es la inteligencia que caracteriza al hombre, y es en esta perspectiva que se debe querer conducir la propia existencia. Tal es la perfección de la existencia.
Hay otro mundo, espiritual y eterno.
El Señor revela que hay otro mundo, el mundo espiritual eterno, que no está sujeto al ciclo de creación y destrucción.
También especifica que le es dado al alma encarnada y condicionada que somos, saber cómo debe actuar y usar su preciosa existencia. En vez de malgastar su energía manipulando la materia, que por voluntad suprema está condenada a una destrucción irreparable, el alma condicionada debe emplear su energía en servir al Señor con amor, para poder acceder a ese otro mundo que no conoce ni nacimiento ni muerte, creación o destrucción, donde como Dios, todos los seres que allí habitan son eternamente jóvenes, y ofrecen una existencia eterna, toda de conocimiento y bienaventuranza.
Entonces, en verdad, la creación material se manifiesta temporalmente y luego se destruye con el único propósito de instruir al ser condicionado que permanece apegado a lo efímero. Por lo tanto, también se pretende permitirle alcanzar la realización espiritual y la conciencia de Krishna, mientras que los seres apegados a los frutos de sus actos ven la búsqueda del placer de los sentidos como el objetivo principal de su existencia y desconocen que el universo material es un mundo de perpetuo sufrimiento y peligro.
Recordemos siempre que la creación material sólo existe para la salvación de las almas condicionadas, almas caídas que somos todos. Es precisamente con este propósito que, por su misericordia sin causa, el Señor Krishna desciende sobre varios planetas de este mundo material y despliega allí sus actos espirituales y absolutos, con el único propósito de liberarnos del confinamiento o prisión en la materia, en la que encontramos nosotros mismos, salvarnos y traernos de vuelta a su maravilloso reino infinito, absoluto y eterno. Él quiere darnos la felicidad eterna.